Campaña aprobada para Air France

A las 8 en punto estaba Mr. Ali en la puerta de mi casa para arreglarme el agua caliente. Ahora resulta que hay que cambiar una pieza y me la pondra la semana que viene. Al menos, tengo algo de agua, poca presión pero calentita.

En la oficina, casi todo el día preparando el informe final de E-Trade, controlando el cierre de Credit Suisse y comprando una nueva campaña para Air France, así que contenta. Aunque nos han dado las 10, claro. Esto empieza a ponerse como en Madrid :(

He hecho un amago de acercarme a ver a Susana o venir ella pero estaba reventada. Mejor lo hemos dejado para mañana, que hay una quedada de hispano-hablantes. Así aprovechaba para tender la lavadora que había puesto esta mañana y recoger cosas en mi casita. He hablado con mi hermano, que estaba aún en la oficina, el pobre.

Ha sido un día sin mucha historia, pero siempre hay alguna que contar. Esta vez toca, de nuevo, la arrogancia de algunas personas, me ponen muy nerviosa. A mediodía, es típico pedir comida a algún sitio porque aquí todos tienen servicio a domicilio (oficina en este caso). Total que la Sra. Houda estaba hambrienta y le ha montado un pollo al pobre repartidor por haber llegado más tarde que de costumbre; os prometo que han sido 10 minutos y porque era hora punta. Ha decidido por ella misma que se quedaba sin propina por el retraso. Yo, que no me muerdo la lengua, he saltado diciéndole, en muy buenas palabras, que por mí no dedice nadie.

En general, son muchos los que tratan fatal a determinada gente, por considerarles inferiores. Hay que sumar que los indios, por cultura, son muy humildes y, en estos casos, agachan la cabeza y piden perdón. Con nuestro office boy, Dias, pasa algo parecido. No reconocen su trabajo porque es, simplemente, traernos el café o té todas las mañanas y tardes. Si alguien va a estar de vacaciones o no viene a la oficina por cualquier motivo, no le avisan, así que le pobre se harta de trabajar en valde. Si esto se traslada al mundo de la construcción, se explica porqué Dubai tiene tantos problemas con Aministía Internacional.

Es de las cosas que más nerviosa me pone de Dubai; el clasismo galopante que se respira.