Sin agua caliente

Hoy me ha tocado ducharme con agua fría, una sorpresa mañanera. He llamado a Mr. Ali, el encargado y vendrá mañana a las 8. No es la primera vez que pasa, esta manía de Dubai de entregar los edificios a medio terminar.

En la oficina más de lo mismo: Credit Suisse, que ya nos pide que comprobemos las cosas por triplicado, un infierno; enviada la propuesta revisada de Air France y preparando el informe final de E-Trade.

Por la tarde habíamos quedado con Javi en el 360 pero el pobre no ha podido venir, ha tenido un pequeño percance con un kart. Hemos estado Laura, Dani, Bego, Silvia (una italiana muy simpática), Chema y yo. Ya se empieza a notar el calorcito, sobre todo por las noches. La brisilla ya no es fresca sino más húmeda. Yo iba con camisa de manga larga, porque en la oficina me congelo, y no podía de calor. Habrá que estar preparado. El sol, de hecho, también está más fuerte. Prueba de ello es que me ha vuelto a salir un pequeño y bonito herpes en el labio.

Desde allí, he llamado a mis padres y a mi sobrino Íñigo, que había marcado un gol en el colegio y quiere que en verano le lleve un tambor.

Y, de nuevo, a las 23:30 en casa. Esta semanita me estoy portando fenomenal. Además, se me está pasando rapidísima. Ya queda menos para el fin de semana. A ver qué planes hay.