Tormentón de arena

Hoy está el día de lo más depresivo; muchísimo viento y, para completar, un tormentón de arena. Lo mejor para empezar el fin de semana, vamos.

No hemos tenido manakhesh. Para Alicia, es el desayuno libanés y consiste en una especie de masa como la base de pizza. A eso cada uno le añade lo que más coraje le dé: queso, carne, un mix. El típico es con zaatar, que es una especie.

El motivo era que querían ir a comer al libanés del mall. Yo me he rajado porque sabía que iba a ser larga, mínimo dos horas, tal y como se ha confirmado luego.

Mi intención era salir temprano pero al final me he tenido que quedar. Lo frustrante es que ha entrado una mierda de campaña en el último momento. Es una acción para San Valentín, como si no supieran con tiempo en qué día cae. Para colmo el presupuesto es, nada más y nada menos, que la cantidad de... ¡400 $! Una alegría vamos. De cachondeo lo de algunos clientes. Vamos, que ya podemos cerrar el año. Y ahí me ha tenido ella en la oficina hasta que le ha dado la gana de mandarme el texto.

Ya una vez terminada la campaña, hemos ido a casa de Carlos y Ale a tomar algo, que nos invitaron para enseñarnos el piso. La espera ha merecido la pena porque está fenomenal; muy amplio, con mucha luz porque tiene muchísimos ventanales y con vestidor, con lo que a mí me gusta, jeje.

Luego hemos pasado por Spyneis a alquilar una peli y a casa de Osama a verla. Se llama Outsorced y es entretenida, un poco previsible pero para pasar el rato no está mal.

Y de ahí a casita a dormir.