jueves, 25 de febrero de 2010

Partidazo de Djokovic

Hoy me he plantado en la oficina a las 8:15. Quiero dejar terminadas las dos cosas que me quedan urgentes para poder salir pronto y llegar a ver el partido de tenis.

Durante toda la mañana no he parado. Primero he terminado el plan de Evian y luego he seguido con la estrategia de Kidville, una especie de guardería-parque infantil que abrirán a principios de junio. Es la presentación que me han puesto el domingo por la tarde.

A mediodía saltaba la noticia: el acuario del Dubai Mall se había roto. Como siempre, la falta de fuentes hace que la gente de rienda suelta a la imaginación: que habían desalojado todo el mall porque incluso el aparcamiento estaba inundado, que estaban los peces por el suelo, etc. Y, por supuesto, las bromas, claro. La más comentada: "Barra libre de shushi en el Dubai Mall esta noche". Al final, resulta que no ha sido para tanto. Vamos, es cierto que el acuario tiene una fisura y han desalojado parte el centro comercial porque había agua por todo el suelo. Pero los animales están bajo control.

He terminado justo a tiempo para irme a las 17:00 en punto. El partido empieza a las 19:00 y, antes, tenemos que recoger las entradas en algún sitio que no sé dónde es.

Llegamos allí y, después de dar varias vueltas, una chica encantadora nos ha encontrado las entradas. También nos ha llevado a ver a Mariane, entrenador de Djokovic, que quería saludarnos, un encanto. A su lado estaba el jugador, al que hemos dado ánimos para el partido, muy simpático.

Aunque no ha empezado muy bien, ha perdido el primer set 6-2; como a mitad del segundo set, ha cambiado totalmente el partido. Djokovic se ha metido de lleno y ha terminado ganando 6-4 y un contundente 6-0. El último set ha sido una exhibición de buen tenis, da gusto.

Al salir, hemos vuelto a dar las gracias a Mariane, que nos ha ofrecido entradas para mañana. No creo que podamos ir porque estaremos en plena mudanza. Otro año será, espero.

Del Irish Village, la mar de animados, nos hemos ido a Ikea, que aún teníamos que comprar un par de cómodas y aprovechamos para que lo incluyan en el envío del domingo. También hemos comprado una mesa y unas sillas para la terraza, chulísimas.

Por la autopista, yendo al piso nuevo a dejar las almohadas y edredones, me ha llamado mi primo Fernando, que viene la semana que viene a todo plan. Menudas conexiones que tienen algunos, jeje. Espero que, en su apretada agenda, tengamos tiempo de vernos más de un día.

Cada vez que voy a nuestro nuevo edificio me gusta más. Son todo detalles. Le hemos dicho al conserje que Ikea vendrá el domingo, para preguntar si hay algún ascensor de servicio o si tienen un área de carga y descarga. En seguida, no hay problema, no se preocupen, nosotros les enseñamos el camino, ustedes esperen en su casa, etc. Vamos, el día que me toque dejar ese edificio, me llevo a Mustak, el conserje, conmigo. Es encantador.

Y ya en mi casa, he caído que hoy será mi penúltima noche aquí. Vamos, como si me diera pena; si no veo la hora de mudarme.

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