sábado, 27 de febrero de 2010

Tormentón tropical

Hoy se casa mi prima María "la chica", como solía llamarle mi abuela. Otra que me toca vivirla en la distancia, una pena. Eso sí, ya estoy compinchada con mi hermano para intentar vivirla más de cerca, entra caja y caja.

A las 10:00 me he venido al piso nuevo, que vienen a instalar el satélite, teléfono e internet. Menos mal que Osama ha venido también porque yo de conexiones no eniendo.

Luego hemos ido a desayunar que ya nos moríamos de hambre. Y a seguir con más mudanza. A ver si logramos terminar todo hoy.

Por la tarde, mientras colocaba los zapatos en el armario, me ha llamado mi hermano para hablar con mi prima, ya casada, qué fuerte. También me ha mandado una foto en exclusiva para comprobar lo guapísima que iba. Ya mañana me comentarán más en detalle. ¡Enhorabuena prima! Ahora, a disfrutar del viaje, la mejor parte.

Ha venido Emilie a echar un vistazo al piso pero no ha podido ver más que cajas la pobre. Mejor que venga mañana, cuando Ikea ya haya instalado el resto. Se verá más habitable la cosa. Aunque estamos venga a meter cajas y esto sigue teniendo eco, jajaja.

Ya hemos desalojado la cocina también, ahora sólo me queda el baño y algunas cosas del armario, que lo haré mañana ya. Entre otras cosas, porque ha caído el tormentón del siglo que, en sólo 30 minutos, ha dejado algunas zonas completamente inundadas. Hemos tardado unos 40 minutos en llegar a nuestras casas. La rotonda de al lado de mi oficina, por ejemplo, ni siquiera se ve, sólo el móvil gigante de Nokia que tienen ahí puesto como publicidad. Lo más gracioso de todo, aunque peligroso, es que los conos esos de obras, los blancos y rojos, iban navegando a la deriva por mitad de la carretera, un show.

Por supuesto, la final de tenis se ha tenido que suspender. Djokovic iba ganando 7/5, 2/0, así que supongo que mañana dejará zanjado su segundo título consecutivo en Dubai.

Hoy ya sí es la última noche en mi estudio, sin cortinas ni nada; hay eco por todas partes.

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