Hoy estoy de un humor de perros. Air
Berlin, desde ya la peor compañía aérea del mundo, ha cancelado nuestro vuelo
de vuelta. Lo pasan al día siguiente y se quedan tan anchos, simplemente nos
mandan un correo electrónico para avisarnos, todo un detalle. Les he llamado
hecha una furia para ver qué ha pasado pero no me aclaran el porqué de la
cancelación; se limitan a decirme que ha afectado a más pasajeros e intentan
quitarle hierro al asunto diciendo que es sólo un día. Un día que no tengo de
vacaciones porque ya los tengo todos adjudicados para Navidad.
El caso es que nos han arruinado el
viaje, una gracia. Lo que más me fastidia es que no íbamos solos, habíamos
quedado allí con Marta y Marcos. Con lo que nos apetecía el plan. He estado
incluso mirando otros vuelos, aunque sea con escala, pero con tan poco tiempo,
nos sale por una pasta: 1,600 euros nada menos, sólo los billetes.
El resto del día ni me acuerdo de lo que
he hecho.
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