sábado, 8 de octubre de 2011

Fin de semana


Este fin de semana ha sido tranquilito. Ahora Osama está a tope estudiando para el examen y no podemos hacer muchos planes.

El viernes fuimos a comer a casa de sus padres. Miriam tardó lo suyo en dormir la siesta porque ahora está demasiado contenta con su nueva actividad: ponerse de pie en la cuna agarrada a los barrotes, ¡le encanta! Eso sí, cuando ha caído, ha estado roque dos horas.

Por la tarde, hemos dejado a Osama en casa estudiando y nostras nos hemos ido al Dubai Mall a hacer unos recados. Allí me he encontrado con Mahmoud, que le ha hecho mucho más caso a Miriam que a mí.
Después de cenar un pescadito al horno, nos hemos quedado fritos en el sofá viendo una película. Menuda juventud tenemos encima, jajaja.

Y el sábado, la terremoto amaneció a las 19:35, como una campeona. Osama estuvo casi todo el día encerrado en la oficina estudiando, sólo ha venido a comer.

Esta vez la señorita Kattan no ha querido dormir más de una hora después de comer. Ya sabía yo la tarde que me esperaba. Me la he llevado a la playa con Sabine y Benouit, que hacía mucho que les veía. Ha dado un poco la murga de puro cansancio que tenía encima. No estaba contenta ene l agua, raro en ella; tampoco en la toalla con sus patitos; así que sobre las 17:30 nos hemos vuelto a casa. Se ha quedado dormida llegando al aparcamiento y, aunque he esperado un ratito en el coche, se ha despertado en el ascensor. El resto de la tarde ha sido agotador. Todo le sentaba mal, lloriqueaba por cualquier cosa. Hemos charlado por skype con los ciber-abuelos y el padrino.

A las 19:40 ya no la aguantaba más así que le he adelantado el baño un pelín, que lo estaba pidiendo a gritos. Terminándose el biberón ya estaba en otro mundo y, por supuesto, ni se ha enterado de cuando la he dejado en la cuna, estaba totalmente frita.

Da gusto lo silenciosa que se queda la casa cuando la mica se acuesta. He aprovechado para organizar cosas. Y hoy no dejo de acordarme de mi prima Blanca, que se casa esta noche con Javi. Otra boda que me pierdo. Es una de las desventajas de la vida del expatriado, ¿qué le vamos a hacer?

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