Vaya semanita

Siento que esta semana no estoy escribiendo mucho pero es que está siendo un no parar. En la oficina andamos de reunión en reunión y, a la vez, lanzando dos campañas: una para Kellogg's y otra para Disney. También he tenido que preparar un par de presentaciones para clientes nuevos, a ver si salen. Hay una, para el día nacional, que me gusta especialmente. Si sale, os contaré más detalles.


Aprovecho que hoy está siendo un día más tranquilito para ponerme al día con el Blog, que lo tengo un poco abandonado.

Por las tardes, no estoy haciendo nada especial. O bien me bajo al patio con Miriam o algo algún recado en el mall. Y es que la pobre enana está un poco fastidiada con los dientes. Ayer ya incluso llamé al médico, pecando de primeriza total. Pero es que no sé si es normal que tenga casi 38 de fiebre. Ya me han aclarado que, por lo visto, hasta 38 no se considera fiebre en un bebé, así que me quedo más tranquila. Aunque esta noche, antes de meterla en la cuna, le he vuelto a poner el termómetro y ya tenía 38.4. La verdad es que da penita a ratos porque está muy tontina, no se ríe demasiado, babea mucho y, a veces, incluso lloriquea llevándose las manos a la boca. Ayer por la mañana, desde las 4:30, estuvo despertándose cada 20-30 minutos llorando. Me imagino que es lo que toca a esta edad.

Y los argentinos parece que se lo están pasando muy bien. Hoy por fin, después de muchos intentos, he conseguido chatear con ellos. Y no he parado de reírme con la pava de mi madre y su acento argentino escribiendo, creía que me daba un ataque. Me da a mí que mi padre se la va a tener que traer a rastras, jajaja.

Ya tenemos el fin de semana a la vuelta de la esquina. Y éste promete pues tenemos varios planes concentrados. El pobre Osama se quejaba porque justo este fin de semana es el previo al examen, así que estará encerrado en la oficina estudiando como un loco. Menos mal que el domingo ya se termina.