Después de haber estado toda la semana
despertándose a las 6-6:30, hoy hemos amanecido a las 7:50, todo un logro.
Además, se levanta de muy buen humor, con lo cual ha dejado dormir bien a
Cecile y Xavier.
Al verla, han flipado claro, porque la
última vez que la vieron fue a finales de agosto, hace mucho. Hemos desayunado
como marqueses mientras nos íbamos poniendo al día. La verdad es que se les
echa mucho de menos, sobre todo Emilie.
Mientras Miriam dormía la siesta, que hoy
ha sido bien larga, yo he preparado una lasaña y una ensaladita para nosotros. De
postre, unos macaroons que nos han traído los franceses, riquísimos.
Nada más darle las frutas a Miriam, nos
hemos ido a dar un paseo por la playa, que se estaba divinamente. Ya casi no hay
humedad y están bajando las temperaturas, así que hay que aprovechar el buen
tiempo.
Ya en casa, hemos charlado un ratito con
el padrino antes de empezar con el baño. Después de acostarla, nos hemos
empezado a arreglar para ir a cenar con Emilie y Vassilis, el antiguo jefe de
Xavier. Ha venido Lakshmi para quedarse con Miriam.
Antes de irnos, he entrado un momento en
su cuarto y la veo de pie, frita con la cabeza apoyada en la barandilla de la
cuna. Si es que no se puede ser más cabezota, vaya personaje.
Hemos cenado en un libanés en Souk Al
Bahar. Conseguimos que nos sienten en la terraza, que se está muy bien y tienen
vistas a la famosa fuente. La verdad es que nos lo hemos pasado muy bien,
riéndonos mucho. A ver si vienen más a menudo a vernos y la repetimos pronto. Aunque a Cecile le
queda ya poco para poder volar, pues está de 6 meses. Ya iremos nosotros, si
podemos, cuando nazca la pequeñaja.
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