Después de rumores y más rumores, se
presenta el nuevo producto de Apple. No es el iPhone 5 como todo el mundo
esperaba, incluida yo, sino una versión muy muy muy mejorada del iPhone 4. A
mí, personalmente, lo que más me ha impactado ha sido SIRI. Pero también tengo
mis miedos, pues creo que nos estamos volviendo cada vez más vagos. A veces me
pregunto, con tanta tecnología alrededor, si Miriam llegará a escribir con
lápiz y papel.
En fin, con respecto a mi día. Ha
empezado con un loco queriéndome echar de mi carril en mi camino a la oficina.
De verdad, aquí cada vez se conduce peor. Sin intermitente y sin ni siquiera
mirar por el espejo, se ha lanzado al carril de su derecha echándome a mí al
arcén. Increíble. Eso sí, he llegado a la oficina más despierta que nunca.
Aunque no he tenido ninguna reunión hoy,
ha sido un no parar. Estamos a tope con la campaña de Disney, intentando
cuadrar el presupuesto para que salga, que va a ser muy chula.
Hemos comido en el libanés de abajo. La
comida está rica pero no iré más pues todos se ponen a hablar en árabe y me
quedo más colgada que una percha. Lo mismo que me pasaba en el trabajo anterior.
Por la tarde, después de recoger a
Miriam, hemos ido a pasar la tarde con Belén, una amiga, y Julia, su hija.
Belén llegó en marzo a Dubai con su marido, Philip, su hija Julia y embarazada
del segundo. Joaquín tenía demasiada prisa en salir pues nació a los 5 meses y
medio de gestación y 600gr de peso. Gracias a Dios, todo ha ido bien y ahora ya
pesa más de 4 kilos. Está hecho un torito, como lo llama su madre.
Hemos estado un ratillo en la piscina
donde he conocido a Bea, una española que lleva aquí dos años y tiene 3 niñas monísimas.
De vuelta a casa ha sido otro no parar: baño
de Miriam, biberón y prepararle puré para los siguientes días. Antes de irme a
la cama he hablado con mi prima Marta, que estamos intentando cuadrar el plan
de noviembre, a ver si terminamos yéndonos a algún sitio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario