jueves, 18 de septiembre de 2008

Cenando en japonés

Como todos los jueves, me levanto con una energía especial, aunque hoy estaba muy cansada.

Por la mañana hemos tenido reunión con Kelly, la chica que se encarga ahora de Time Out Dubai. La pobre ha llegado de su Londres natal hace sólo 4 meses. Hemos estado comentando las cosas buenas y malas de Dubai. Como todos los ingleses, cree que esta ciudad es un poco dictatorial, sólo porque la ley se cumple. Supongo que conocería a su compañera de trabajo que fue deportada por un calentón en la playa. Si en el resto de países se cumpliera la ley como aquí, otro gallo cantaría.

El resto del día ha estado tranquilo pero sin parar de trabajar. Lo bueno es que, al menos, se trabaja a gusto. Lo malo es que ya nos han dicho que no hemos ganado Apple, lástima. Ahora nos queda Nokia, a ver qué tal se da.

He salido de la oficina corriendo para ir a casa a charlar con mis padres. Hoy tenían a mi sobrino Íñigo en casa. El tío ha estado más charlatán que de costumbre. Está empeñado en que viene a verme con mis padres. Y su hermana dice que quiere venir a Dubai un día a verme, va lista la pobre. Como el que va a echar el día en el campo, jajaja.

Por la noche, hemos ido a cenar al japonés de Emirates Towers con Dani, que se va mañana. Nos han puesto en un tatami de estos reservados. Te sientas en el suelo, comodísimo. Pero no con las piernas cruzadas sino que, debajo de la mesa, hay un hueco para cololar las piernas.

Emilie ha venido con Leyla, una compañera de Chalhoub que lleva aquí 4 meses también. Luego ha aparecido Bego, que últimamente no le vemos el pelo, está trabajando demasiado, pobre.

Hemos hecho un amago de ir a un bar en la planta de arriba en el hotel pero estaba demasiado lleno. Además, había cansancio generalizado, así que a casita, que mañana será otro día.

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