miércoles, 3 de septiembre de 2008

Nadal, Príncipe de Asturias de los Deportes

Con esta noticia, gracias a mi tía Pilar, me he ido a la cama. No me he podido ir más contenta. Desde luego, no había otro candidato mejor. Ha sido la buena noticia del día.

Un día que, al igual que ayer, ha sido infernal. Sin parar un minuto, poniendo en marcha dos campañas a la vez. La de Google, un horror, por el problema del árabe. Menos mal que, para algunas cosas, soy espabilada y he podido inventar un truquito para ir rápido.

Para colmo, hemos tenido confference call con la oficina de Londres y ha terminado de rematarnos a Didier y a mí. Has estado revisando una presentación para Credit Suisse y no nos han dejado en pie ni una diapositiva; de un total de 79. El pobre Didier estaba destrozado y, en cuanto ha colgado, se ha ido a casa. Mañana la terminaremos.

Yo no he corrido la misma suerte porque aún tenía varias cosas encima de la mesa. Pero, en cuanto las he terminado, a eso de las 6:15, me he ido también. La cabeza ya no me daba para más.

Además, me había invitado Osama al Iftar en su casa. Durante Ramadan, hay dos comidas: Iftar, que es con la que se rompe el ayuno, y Suhoor, antes de que amanezca. Entonces, durante este mes, hay muchos planes de Iftar, entre musulmanes y de todas religiones. Es parte de la cultura del país. Los hoteles organizan también bufets especiales para este mes.

Ayer me olvidé de contar que un soporte me ha invitado a Iftar también. Es una de estas cosas raras que me pasan a mí. Me ha llamado por teléfono para una duda de una de las campañas y, no sé aún como, me ha termimado invitando a su casa el domingo. Por supuesto, me voy a inventar una excusa porque a ver qué hago yo allí.

Después de cenar, hemos quedado unos cuantos para tomar algo en Il Cafe di Roma. La iniciativa ha sido de Jeremy y Margarita, así nos veíamos, que acaba de llegar de vacaciones. La pobre viene con depresión total. Claro, estar en las islas griegas, en casa con la familia, nos gusta a cualquiera, jeje. Ha venido Susana, que nos ha estado contando sus primeros días en la empresa nueva. Y Maan, que acaba de llegar de su mes de ruta por Estados Unidos. Se lo ha pasado pipa y no es para menos. Me ha traído un llavero del Empire State de Nueva York, cómo me conoce, jajaja.

Y a las 11 a casa, que estoy reventada otra vez. No veo la hora de que llegue el ansiado jueves. Bueno, si es que no me toca trabajar el viernes, claro.

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