martes, 30 de septiembre de 2008

Pringando en la oficina

Esta mañana era la única pringadita que iba por la calle a las 8:15 de la mañana. Eso sí, he aparcado en la misma puerta. Por supuesto, no había nadie en la oficina.

He terminado una cosa que era urgente para Pequignet y contestado un par de correos de Credit Suisse, que sino se ponen como una furia.

A las 10:15 estaba lista. Paso rápido por la gasolinera para dejar pagada la cuenta de la luz antes de irme. Y de ahí a desayunar algo a Paul, que estaba que me moría de hambre.

Al llegar a casa, he intentado dormirme una siestecita pero no ha podido ser. Estaba agotada, me dolía la cabeza pero no conseguía dormirme, un coraje espantoso.

He sacado la tarjeta de embarque para mañana, así no hay problemas de ningún tipo. Cuando tres cuartas partes del país se está yendo de vacaciones, mejor no arriesgar. Por la tarde, he ido a imprimirlas a la oficina. Algo de bueno tenía que tener eso de estar al mando de la llave, jeje.

Luego he estado planchando cosas para llevarme al viaje y charlando con mis padres, mi tía y mis sobrinos. Esta vez hemos conseguido ponernos de acuerdo.

Por la noche he quedado con Omar, Andrés, Jeremy y Margarita. En principio, íbamos a ir a Casa, el sitio del otro día pero, al final, hemos preferido cercanía. Yo no iba a aguantar mucho, Jeremy tampoco que el pobre trabaja mañana a las 7. Así que nos hemos quedado en el Radisson de Media City. Intentamos ir a la terraza de arriba, que es muy agradable, pero está cerrada aún; abren mañana.

Y de ahí, dejo a cada uno en su casa y me vuelvo a la mía para terminar la maleta. A la vuelta contaré qué tal en Estambul. Todo lo que oigo es positivo, espero que no defraude.

Hasta el 5 de octubre, si Dios quiere.

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