lunes, 13 de abril de 2009

Guisando un ragout

Hoy era el cumpleaños de mi abuela. Al, llegar a la oficina, me ha regalado un pedazo de sitio en toda la puerta. Y eso que he venido más tarde y, además, estaba chispeando. Siempre fue única.

En la oficina, ha estado el día tranquilito. Saks nos ha aprobado una propuesta, otro envío de SMS; es lo único que hacen. La campaña de Chanel en buscadores ya ha terminado y ahora estamos preparando una acción con Bluetooth.

Por lo demás, parecer que va a ser una semana tranquilita, además de corta.

Me ha recogido Osama para comer en casa, aprovechando que está de vacaciones. Luego me he tenido que tomar un café porque me caía del sueño.

He salido con Carlos, que le he dejado en su casa para recoger el taladro de Osama, para montar la mesa nueva que se ha comprado en Ikea.

Luego nos hemos acercado a Waitrose a comprar un par de cosas y a su casa a cenar. Ahora, con la tele nueva, hemos cambiado el cuartel general. Después de la cena, hemos visto una película francesa que en inglés se llama Priceless. Mientas, se hacía un ragout que olía la mar de bien; para comer mañana.

Y, después de la peli, directa a mi casa a dormir.

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