jueves, 3 de septiembre de 2009

Con dolor de cabeza

Hoy me he levantado con un dolor de cabeza que no se me ha ido en todo el día, la maldia shisha de anoche debe ser. Además, también tengo pesadez de estómago, no sé de qué porque anoche cenamos a base de tapitas y no me acosté muy llena.

En la oficina he sobrevivido como he podido porque a veces sólo quería arrancarme la cabeza. Cuando los chicos han pedido manakhes se han extrañado de que yo no quisiera, pero es que no he podido probar nada hasta la hora de cenar.

Respecto al teléfono, nos hemos decidido por un Nokia, tanto Joe como yo. Eso sí, no tengo ni idea del modelo. Me preguntaba el proveedor que cuál era el modelo que quería. Ya me parece excesivo especificar tanto. A mí me basta con hacer llamadas y recibir mensajes.

El gran becario sigue para matarlo, no espabila ni a tortas. A Salma la tiene a punto de perder la paciencia porque, para todo, el señorito se toma su tiempo. De un infarto no se muere, desde luego.

Carlos, que vuela esta noche a España, ha estado a puntito de no poder irse el pobre; un pequeño desliz que, gracias a Dios, se ha solucionado. Así que a disfrutar de la paellita Valenciana.

Al salir de la oficina, me ha recogido Osama con una sorpresilla; no se puede ser más bueno, vamos :-)

Hemos cenado una pastita con verduras muy rica y luego a ver una peli tranquilamente, aunque no la hemos terminado. Esta vez se ha quedado él frito en el sofá.

Ya en mi casa, he charlado con mis padres, con mis tíos y mi prima Lola, por fín.

Y a dormir plácidamente, espero, y con despertar cristiano mañana.

No hay comentarios: