De cocinitas

Hoy tenía pensado ir a la playa pero al final me ha dado pereza ir sola.

Así que he aprovechado para cocinar albóndigas, que ya tenía ganas. Espero que hayan salido buenas; las comeré mañana en la oficina.
También he hecho pasta con bacon y huevo para comer y dos bizcochos; uno para Osama y otro para su padre. Tocaba día de maruja: cocina y limpieza.

Por la tarde, he ido a Satwa a probarme el traje de la boda de mi prima. Yo esperaba encontrarme unos trozos de tela cogidos con alfileres y a medio coser pero no, estaba el traje terminado sólo pendiente de cortar el largo. Me lo han tenido que ajustar porque me estaba un poco grande. De todas formas, ya le he dicho que no se ande con prisa que hasta finales de octubre no lo necesito.

He seguido a Misa en la Iglesia que me gusta, ya doy al italiano por imposible.

Y ya de vuelta a casa, me he dado la gran ducha, que olía a albóndigas por todos lados, jajaja.

He charlado un rato con la familia Marrodán-Osborne al completo, aunque mi ahijada estaba hoy un poco tímida.
Luego he hablado con Emilie, que le ha tocado currar a la pobre.

Y a dormir prontito para empezar bien la semana.