En la oficina, ha estado la cosa un poco más tranquila pero sin aburrirse tampoco. He comido con Carlos, que ambos habíamos vuelto a la sana costumbre de traer comida.
He conseguido salir prontito, así veo un ratillo a Osama, que está últimamente liadísimo con los presupuestos del año que viene.
Hemos cenado en mi casa, una ensalada de pasta muy rica y pollo al horno. Luego se ha vuelto a la oficina y yo me he puesto una peli para afrontar la dura tarea de la plancha, así se me hace más leve. He conseguido terminar con todo, increíble pero cierto. Ya soy libre.
He terminado a las 23:00 y rota, así que directa al sobre, a leer un ratillo y a dormir. Mañana será otro día.
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