sábado, 12 de septiembre de 2009

Viendo pisos con Emilie

Si ayer me levantaba aburrida, hoy ya era el doble. Para colmo, Osama no podía salir de su casa; su hermana estaba durmiendo allí y el sofá cama le bloquea el armario, así que el pobre ha estado encerrado hasta las 14:30.

Yo, mientras tanto, me iba con Emilie a ver pisos. Su renta termina a finales de octubre y, aprovechando la bajada de precios, se quiere mudar a uno de una habitación. Hemos ido a varias torres en Marina. Al principio, ha sido poco fructuosa la búsqueda. Con la pateada, no hemos parado de sudar, así que fuimos a un supermercado a comprarnos un zumo y unas patatas fritas para reponer fuerzas. Por supuesto, nos hemos tomado el aperitivo dentro del coche, para evitar el arresto, jeje.

En la última torre que he visto con ella hemos encontrado un piso estupendo pero se salía de su presupuesto, una pena. Al parecer, por la tarde ha visto un par que le han gustado.

Me ha recogido Osama para ir a cenar con sus padres, aunque no tenía excesiva hambre. Uns me ha dado el segundo libro, que el primero me lo terminé anoche. Voy mucho más rápido que con el pianista.

Después hemos pasado por el mall a recoger su teléfono, que ya se lo han arreglado. En la radio escuchábamos que el metro estaba tan lleno, que estaban parando a gente dentro del mall para que no fueran. Ya se sabe, la novedad.

Hemos vuelto a hablar con Laura, que ayer lo tuvimos que dejar a la mitad. Dentro de nada se mudan a su casita por fin.

Y a las 22:30 ya estaba yo encamada como las liebres, leyendo y prontito a dormir para empezar bien la semana.

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