martes, 26 de enero de 2010

En Barasti con Dani

Esta mañana, a las 7:10, me ha despertado el teléfono. Era un idiota que se había equivocado de número, así que le he soltado: "Es muy temprano para equivocarse de número". Pero no he logrado volverme a dormir, ¡qué coraje!

En la oficina nada del otro jueves. Sigo bastante flojilla y desmotivada. He estado preparando un análisis de Internet en la región, para la reunión con Chanel el domingo.

He bajado a comer con Carlos a La Moda, que así tomamos un poco el aire y nos animamos mutuamente, jeje.

Antes de irme de la oficina, Irene me ha alegrado la tarde con un comentario, ya era hora de que se reconociera. Yo me entiendo.

He estado siguiendo el partido de Nadal en Australia; pobre, de nuevo lesionado. Lo que me da una rabia que me mata es la forma en que la gente lo critica en los comentarios de los periódicos. Por primera vez he respondido a uno de ellos. Ya está bien. En nuestro país hay mucho verdugo suelto. Les daba yo una raqueta y los ponía delante de Murray, a ver si eran capaces de llegar a cuartos de final. Que es muy fácil opinar desde el sofá y la arrogancia.

Por la tarde-noche habíamos quedado con Dani y otros compañeros suyos en Barasti para tomar algo. Antes, he ido corriendo al Dubai Mall a comprarle su regalo de cumpleaños, que es mañana. También le mando a mi amiga, Laura, unas chuches de Candilicious, que se supone que íbamos a visitar juntas. Pero lo abrieron cuando ya se habían ido.

He recogido a Dani, Emilie y Osama, para así ir en un solo coche y, como yo no bebo, pues me ofrezco de chófer.

Barasti estaba hoy imposible, no se podía ni entrar al aparcamiento vamos. Nos ha costado un poquito aparcar y, cuando hemos llegado, entendimos lo que pasaba. Por lo visto, hoy es el día nacional de Australia y lo estaban celebrando allí. Tenían un escenario, barbacoa, cervezas y vino australiano, etc. Vamos, que estaba Barasti hasta la bandera.

Hemos estado sólo una horita, que teníamos que dejarle en el aeropuerto a tiempo.

Antes de embarcar, nos tomamos algo en una cafetería de allí mismo. Y a las 12, nos hemos despedido de Dani de nuevo. Comentamos que casi es peor haberle visto otra vez en Dubai, nos ha dado mucha penita. Sobre todo, que no estuviera Laura.

Aunque he llegado a casa muerta de sueño, he hecho mi entrenamiento diario de la DS :-)

No hay comentarios: