Día bastante malo

Desde que Murphy habita entre nosotros, se sabe que, después de un día tranquilo, viene uno movidito. Lo siento, pero es que hoy me han entrado ganas de matarlo, de verdad. Si hay una cosa que no puedo soportar es el robo de propiedad intelectual. Los que me conocen, saben que no me gusta ponerme medallas ni alardear de mi trabajo; pero tampoco soy estúpida, ni me gusta que se las pongan otros a mi costa. Ahora le ha dado por adoptar el papel de jefe, pues la lleva clara conmigo. Yo soy muy paciente y suelo sonreír; pero, como me salga la mala uva, va listo. Aún no le ha entrado en la cabeza que me queda un mes para volver a Madrid.

He bajado a comer con Houda y Maya. Al menos, he cogido un poco de aire, desconectado un rato. Cuando subíamos en el ascensor, me han puesto muy nerviosa. Nosotros íbamos hacia la 5ª planta. Se ha parado en la 2ª para que subiera el chico de la limpieza. El pobre hombre ha ido a darle al 3 y no sabéis el pollo que le han montado. Que las marquesas querían ir directas a la 5, sin parada alguna. Total, que el pobre se ha tenido que salir del ascensor. Increíble. Todo porque era un pobre filipino, llega a ser alguien de Euro y no ponen problemas.

Georges, me he pedido que hiciera una pequeña presentación al cliente Puig. Tenían reunión en la oficina y, aprovechando que venía el director de marketing (español por cierto), quería que les introdujera Media Contacts. Se supone que me avisaba sobre las 15:30 para que fuera a la sala de reuniones. A las 19:45 le he enviado un mensaje a Rayan, que estaba también en la reunión, para ver si iban a necesitarme o no. Por lo visto, no ha hecho falta.

Así que me he venido a casa, a desahogarme un poco en el gimnasio y la piscina; es la mejor terapia. Esa y las charlas con la familia y amigos.

Lo siento, pero hoy no ha sido un buen día, no. La nota agradable ha sido el comentario de Dani, ¡eres único! Me ha encantado, de verdad ;-)