sábado, 10 de noviembre de 2007

Inglesas arrogantes

Por fin he bajado a la piscina, después de dos fines de semana sin pisarla. Me he bajado los apuntes de Google para ir leyendo mientras tomaba el sol. Como corría algo de aire, se estaba estupendamente; no hacía falta meterse en el agua cada 10 minutos. De todas formas, se nota que el tiempo va mejorando semana tras semana.

Me he tenido que subir a casa antes de lo previsto porque había dos inglesas que me estaban sacando de quicio. Estaban de charla mientras sus hijas jugaban en la piscina de niños con unos tubos de goma-espuma. El socorrista se ha acercado a las niñas para pedirles, muy amablemente, que no salpicaran agua, pues podían molestar a otras personas. Pues no sabéis cómo se han puesto las madres, como energúmenas. Lo peor de todo era el desprecio con el que trataban al pobre hombre, que únicamente estaba haciendo su trabajo. La verdad es que no son las primeras que me encuentro. En la recepción también he visto un par de escenas. De normal, me caían muy mal los ingleses, pero nunca quería generalizar. Aquí me estoy encontrando lo peor de la especie. Son unos arrogantes que confunden el espíritu de servicio con la servidumbre. Eso sí, no me he cortado un pelo y, al largarme, les he echado una mirada de “me dais pena”

Luego he charlado un rato con mi amigo el conserje Filipino, Renante. Ahora se ha cambiado al bloque B así que no lo veo mucho, pero es simpatiquísimo. Me ha contado que está esperando su segundo hijo; tiene una niña de 7 años, que vive en Filipinas con su mujer y el resto de su familia.

Por lo demás, un día bastante tranquilo. He recargado el móvil por primera vez desde que estoy aquí, que me había quedado sin saldo. Yo pensaba, que al ser prácticamente monopolio controlado por Etisalat, el teléfono iba a ser caro, pero todo lo contrario. Incluso las llamadas a España son muy baratas, comparando con nuestros costes, claro.

Después me ha tocado el rato de “maruja”, que tenía que planchar unas cuantas cosas. Mientras le daba a la plancha, veía una película de las que me he traído: Mía Sarah. Está dirigida y producida por los hermanos Ron, que estudiaron en Pamplona. Había muchas cosas que me recordaban a la época de estudiante, ¡qué nostálgica! Jajaja.

Y ahora a la cama, a descansar para coger con fuerza la semana.

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