domingo, 18 de noviembre de 2007

Día tranquilo

Ayer lo hablaba con Verónica. En España, el día depresivo por excelencia son los domingos por la tarde y aquí, los sábados. El caso es que, el día antes de volver a la oficina, es un infierno, jaja.

Aunque hoy ha sido un día más tranquilo. Esto de que el resto de oficinas no trabajen, se nota. Estamos esperando un par de cosas de Londres pero, claro, los domingos no podemos adelantar nada. Joe está ahora gestionando su mudanza de casa. Así que le tocaba hacer lo del contrato de la luz y del agua, contratar al camión que le lleve las cosas de un piso a otro. Vamos, ocupadísimo ha estado hoy.

Y Rayan, enfermo del estómago. Como suele decir mi madre, no hay cosa peor que un hombre malo. Como he estado casi todo el día sola, venía a mi despacho a decirme lo malito que estaba y darme pena. Yo me partía de risa en su cara, claro. El tío se debió dar un atracón anoche y hoy le tocaba pagar las consecuencias. Shadi me decía: "Que no, María, que muy malo tiene que estar para no haber comido nada en todo el día" Eso sí, luego se ha tomado dos trozos de pizza, se le ha debido pasar el empacho.

De vuelta a casa, he pillado el atasco de mi vida; he tardado más de una hora, increíble, peor que nunca.

He ido directa al gimnasio y, luego, también me he hecho unos largos en la piscina. Es un auténtico lujo poder nadar al aire libre en pleno noviembre. Lo siento por los que vivís en pleno invierno, jeje.

Y ahora me he bajado a hablar un rato con mis padres. También he charlado con Mary, Mary, poniéndome al día.

Y, mañana, más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

guapa!

Estas impresionante en las foticos! OJITO que a ver si nos van a mandar a la oficina un par de dromedarios en vez de ti! :)

En fin. ;)