De fiesta en el 360

Esta mañana he vivido la maravillosa experiencia de las rebajas de Chalhoub. Todo lo que cuente es poco. Había quedado con Lise en la cafetería del hotel. Hemos estado charlando un rato antes de que abrieran las puertas. Me contaba cómo decidió venirse a Dubai desde MPG Francia, los entresijos de Chalhoub, etc. De la oficina han venido también Georges, Dany, Omar, Houda y Jihan, de Euro RSCG. No os podéis hacer una idea de la cantidad de gente que había en la puerta. Hasta que hemos conseguido entrar, ha sido toda una aventura; a pleno sol y con unos 35 grados, ¡qué horror! Me recordaba a las imágenes del comienzo de rebajas en el telediario.

Una vez dentro, hay diferentes salones con todos los artículos que hay a la venta. Se encuentra de todo: trajes de gala (horribles por cierto), abrigos, zapatos, perfumes, bisutería, maquillaje, bolsos, cinturones, camisas, camisetas, vaqueros, etc. ¡Hasta champú he visto! Pero el de Fructis de toda la vida, nada sofisticado. Es curioso porque los filipinos van directos al salón de Lacoste, compran cantidades industriales para, después, venderlos en la calle.

Como en todo, hay cosas que merecen mucho la pena y otras que no. Por suerte, soy bastante racional en este tipo de cosas, así que tampoco me abalanzo a comprar por comprar. Por ejemplo, yo sólo me he gastado 200 €; sin embargo, había gente de mi oficina que llevaba más de 5.000 Dhs. (1.000 €). Mis adquisiciones han sido las siguientes: unos zapatos de Tods, una falda de Christian Lacroix (¡30 €!), una camisa de Polo, una crema hidratante de Lancome, un anteojeras de YSL, maquillaje y otra crema hidratante para el cuerpo. No está nada mal, ¿eh? En medio del jaleo, he visto a Alain, que me ha dicho que Joe se ha comprado 11 pares de zapatos en Geox, increíble.
La verdad es que, salvo la entrada, está todo muy bien organizado. Cada vez que compras algo en cualquier salón, tienes que dejarlo en una consigna para poder entrar al siguiente. Me imagino que lo hacen para evitar robos pero para nosotros es comodísimo no tener que cargar con bolsas de un lado a otro.

Me he encontrado con Sarya, la chica que vivió conmigo mis 4 primeros días en Dubai. Mucha ilusión verla.
A las 3.30 me he cansado y me he vuelto a casa. Justo a esa hora, se abría el acceso a todo el público. Eso sí que era ya la barbaridad.

He echado la tarde en casa, ni me lo creía. Esta semana no he parado mucho por aquí, como llegaba tan tarde, iba directa al sobre. Así que me he puesto una película tranquilamente: El diablo viste de Prada, muy acorde para el día de hoy, jajaja.

Luego he estado un rato hablando con mi familia, sobre todo con mi hermano, que hablamos de higos a brevas. También con Anita, que llevábamos dos días como el perro y el gato.

Después he llamado a Mustafá para que me llevara al 360, donde teníamos la fiesta. Prefería ir en taxi, que por la noche nunca se sabe lo que te encuentras en la carretera, mejor amarrar. Se ha presentado con un primo suyo y allá que hemos ido los 3. A este paso, conozco a toda la familia.

El sitio me ha encantado, es increíble: como una islita en medio del mar y con vistas al Burj Al Arab. Aquí cuelgo unas fotos. De momento, es de mis favoritos.
Han pasado varias cosas graciosas. Como he llegado tardísimo, estaba sola en la cola para entrar. Con el problema del equilibrio entre hombres y mujeres, me han “alquilado” los que estaban delante de mí porque les faltaba una chica. Hablando un rato con una de las chicas, resulta que trabaja en mi mismo edificio y en la planta de abajo. Después, me ha llamado Iñigo, un amigo de Dani al que conocí después; estaba en la otra cola con un amigo, Jean Paul, que tampoco le dejaban entrar. Total, que aquí lo de ser chica es una ventaja, jajaja.

He conocido a un montón de gente nueva. Entre otros, Raúl, que lleva un mes aquí también. Trabaja en Repsol, con Lolo, y se acaba de mudar a su nuevo piso. Así que, a finales de este mes, habrá fiesta de inauguración. Tendremos que ir disfrazados de los años 70, pero de “mamarracho”.

Y mañana, a la playa o piscina sin falta; hace mucho que no tengo contacto con el sol y esto no puede ser. En la foto con Susana, parecemos blanco y negro mix.