Cenando en Abu Dhabi

Hoy ha llegado Joe de sus vacaciones en Beirut. Me ha traído unas máscaras con el traje típico libanés durante las fiestas, muy gracioso. Son pequeñas, para colgar en la pared.

A primera hora, hemos tenido reunión con la de Saks. Carlos y yo nos poníamos muy nerviosos porque hablan la mitad de las cosas en árabe y, claro, no nos enteramos de nada. Una falta de respeto tremenda. Además, la cliente es un caos, salta de un tema a otro y no termina de aclarar nada.

Luego he estado contándole a Joe la actividad de la semana pasada, para ponerle al día.

Ha venido Ángel a chequear una cosa en Facebook porque ellos no tienen acceso desde Euro, sólo Media Contacts tiene el privilegio.

Hoy ni comida ni nada, me he ido zumbando a la consulta para cerrar todo lo del domingo. También he tenido con la anestesista. Así que ya está todo listo.

Me he pasado un ratito por casa de Laura, que estaba dándole a la plancha mientras Ignacio dormía una siesta de campeonato. Estaba José Ignacio, el padre de Dani, que ha venido unos días a Dubai.

De allí he ido a la oficina a mirar los correos y ver que no había nada urgente. Me ha recogido Osama para ir a cenar a Abu Dhabi con Ban.

Quedamos con ella en el Marina Mall de allí. La pobre ha venido con los pies destrozados de estrenar zapatos. Nos ha contado que en Abu Dhabi lo de encontrar aparcamiento es complicadísimo, no como en Dubai.

La vuelta se nos ha hecho un poco larga. Al final, ya íbamos con el aire acondicionado a tope, la radio a todo volumen, porque nos dormíamos.

Como nota graciosa del día, la última oferta de las inmobiliarias en Dubai: compra un piso de dos habitaciones y llévate otro de una habitación grátis. No saben ya qué hacer para vender, jajaja.

Otro signo de crisis: el hotel Atlantis ha despedido ya a 100 personas desde que se inauguró. Ya podían haberse gastado menos dinero en fuegos artificiales y fiesta con famosos y haber mantenido el personal. En fín, otro de los absurdos de Dubai.

Buenas noches.