Empezando un nuevo mes

Empezamos una nueva semana y pinta que ésta va a ser movidita. Estoy sola en la oficina, Joe está de vacaciones en Beirut.

Lo primero ha sido organizarme el día y ver lo que hay programado para la semana. Sentarme con Salma para que ella también tuviera claro lo que tiene que hacer.

He comido en la oficina para poder adelantar una cosa que quiero enviarle a Marta mi prima, espero que le haya gustado, jeje.

Por la tarde he seguido avanzando cosas y corrigiendo a Salma en un error que ha cometido, bastante importante pero que hemos podido salvar. El problema es que no acepta sus errores y se pone a la defensiva, así no creo que vaya a aprender nunca.

He salido tarde pero corriendo para poder llegar a Misa de 20:00. No ha habido forma por culpa del tráfico. Está claro que no puedo dejarlo para el domingo, nunca llego.

En vista de lo cual, me he venido a casa a hacerle un bizcocho a Javi, para dárselo mañana. Ayer, en mitad del desierto, no era el momento de dárselo.

Luego he estado charlando un rato con mis padres, para contarnos el fín de semana. Y, mientras se terminaba de hacer el bizcocho, yo planchaba el resto de cosas que tenía pendientes. Ahora sí que he terminado con todo, increíble. Da gusto tener tanta ropa en el armario, jajaja.

Ahora a leer un poquito y a dormir.