En casa tranquila

Esta mañana me ha despertado una mosca, odio el ruido del zumbido cerca de la oreja, no lo puedo soportar.

He hablado con mi madre, que acababa de llegar a Madrid; menudo viaje a echado la pobre. También con mi padre y mi tía Blanca, que había ido a dejar el perro.

Luego buena noticia: Osama ha salido de la oficina a las 11:30. Una recompensa por la semana y fín de semana que se pegó en la oficina, pobre. Así que ha ido a hacer unos recados y cortarse el pelo.

Hemos comido en casa una pasta muy rica y luego hemos visto una peli: Ghostown, muy cómica.

Yo he tenido que terminar un par de cosas de la campaña de Chanel en buscadores, que me tiene loca. Por fín está online y, claro, el cliente llama porque no se ve; lo típico.

He tenido un lapsus de los míos, llamando a mi padre para ver si ya estaba mamá en Jerez. Resulta que me he fumado las horas de diferencia, jajaja. Tengo la cabeza fatal.

Por la tarde-noche, hemos ido a cenar a Wagamama con Maan y Emilie. Está el tiempo tan agradable, que nos hemos dado un paseito hasta allí. Después de cenar, hemos ido al Café di Roma a tomar algo y seguir charlando. Maan nos ha estado contando su viaje a Barcelona y las aventuras con la vespa que alquiló, nos partíamos de risa.

Allí he hablado con mi madre, que estaba recién aterrizada y se iban a cenar con mis tíos.

Emilie nos ha dejado en casa, con un montón de películas para que no me aburra. Ahora a ver si consigo matar a la mosca antes de meterme en la camita.