Excursión fallida

Lo de ayer no era verdadero sueño, comparado con lo de esta mañana. El pobre Ignacio nos despertó anoche a las 3 porque le dolía la tripa. Luego nos volvimos a dormir pero hasta las 5:45, que tocaba ponerse en marcha. Éramos todos unos zombies, menos el enano, que no para de reírse.

Esperamos a los compañeros de Dani para salir todos juntos hacia Fujairah. Resulta que uno de ellos vive en mi edificio y otros dos en uno de al lado. Somos todos vecinos de la misma calle.

Cuando llegamos al sitio, malas noticias. Acaba de llamar la guardia costera para cancelar cualquier salida en barco debido al fuerte viento. Así que nuestro gozo en un pozo: no podemos ir a la isla. A nosotras nos daba un poco igual porque el día de playa lo vamos a echar igual, pero los chicos se quedan sin bucear.

Así que cambio de planes: a pasar el día a un hotel. Hemos estado un par de horas en la playa pero hacía demasiado viento. Estaba como un día de levante en Zahara, levantando arena y todo.

Hemos comido en el bufet del hotel. Bueno han, porque a nosotras no nos entraba ni un plato por el ojo, no había grandes opciones. A pesar de que nos lo han venido como internacional, lo poco que hemos probado no estaba muy rico.

Nos hemos vuelto a Dubai prontito, así hemos pasado un ratito por la piscina a que Ignacio disfrutara en el agua, que le encanta.

Después a casa de Laura a ducharnos y Osama se ha unido después de su comida familiar. Decidimos el plan de por la noche: ir a ver, por fín, la película de Benjamin Button.

Compramos las entradas por Internet y nosotros nos adelantamos a recogerlas, mientras Laura y Dani gestionan el tema de la canguro. Menos mal que hemos ido antes, porque resulta que las hemos pillado en otro cine. El gran problema de Dubai de llamar a todo con los mismos nombres.

Al final, gracias a la coordinación, hemos conseguido llegar a tiempo, incluso de tomarnos las palomitas y todo.

La película no me ha gustado demasiado, es muy larga y lenta, para mi gusto.

Por supuesto, de ahí directa a casa, reptando directa a la cama, que creo que me he dormido camino de la almohada.