¡Felicidades mamá!

Sí, hoy es el cumpleaños de mi madre. Según ella, cumple 18 años; el carné de identidad dirá otra cosa distinta.

En la oficina, he estado terminando la recomendación para Credit Suisse. A mitad, he ido arriba a tomarme el manakesh.

Seguimos con el aire a tope y es un rollo porque tenemos que venir a la oficina de manga larga y, sin embargo, fuera hace 36 grados, así que, camino al coche, nos asfixiamos. Y, por la tarde-noche, una humedad horrorosa ya. En fin, esperamos estar arriba la semana que viene.

He bajado a comer con Carlos y Joe. Bueno han comido ellos, yo sólo me he pedido algo dulce porque no tenía hambre.

La tarde ha estado tranquila salvo a última hora, como siempre, que he estado ayudando a Joe con una campaña que empieza el lunes que viene. Lo que menos me ha molestad es poder hablar con Mariluz, de la oficina de Madrid, que, como siempre, me ha estado explicando cómo crear unos tags. ¿Qué habría hecho yo sin ella?

He salido a las 20:30 directa a casa a hablar con mi madre, así la felicitaba lo más personalmente que puedo. Comprobamos en directo que no se espera para nada la visita de mi hermano mañana. Da gusto que las sorpresas salgan bien.

Luego hemos ido a cenar al Mall, que estaba como una feria, parecía que regalaban algo vamos. Se nota que el verano ha llegado y, claro, nada de planes en el exterior.

Para bajar la gran cena de Karam, nos hemos dado un paseo por el mall y así le comprábamos a Ignacio su regalo de cumpleaños, unos vídeos de sus favoritos. Ya se encargarán sus padres de dárselo en persona.

Es increíble como en los centros comerciales se pierde la noción del tiempo. Y aquí es peor que en España porque están abiertos hasta las 12 de la noche.

En vista de la hora, nos hemos ido a dormir que mañana hay que madrugar, aunque sea fin de semana.