¡Ya estamos en la quinta!

Me ha pasado una cosa rarísima. Al levantarme, tenía una canción en la cabeza y no he parado de tararearla mientras me duchaba, vestía, desayunaba y salía de casa. Pues al arrancar el coche, ¡sonaba la mismísima canción en la radio! No me había pasado nunca. Cuando se lo he contado a Joe, me decía: "¿Y no habrás visto 6 números también?" Jajaja. Hubiera dado igual porque aquí no se juega a la lotería, está prohibido.

En la oficina nos hemos vuelto por fin a la quinta planta. Nuestra mudanza, la de Salma y mía, estaba lista en 15 minutos. Joe, como tiene mil trastos, ha tardado media mañana. Aparte de la que ha liado con su taza de café; estaba convencido de que alguien se la había escondido y no paraba de montar el número. Al final resulta que se la había dejado en la antigua oficina, en la tercera planta.

A mediodía, he ido a la esperada reunión con el vecino y el gestor del edificio. Me ha acompañado Osama por lo que pueda pasar. Al principio no ha empezado muy bien pues el Sr. Rihani casi que me estaba poniendo de loca. Según los informes de seguridad, cuando han ido a su casa, estaba todo en orden. Claro, como que cuando llaman a la puerta apaga la música y actúan como si sólo estuvieran tomando unas copas tranquilamente. Pero bueno, luego ha mejorado. Es cierto que últimamente no da tanto la lata. Ya no pone música ni hace fiestas.

Por la tarde hemos tenido una reunión con Coty para darnos el briefing de los perfumes de Calvin Klein para el año que viene. Ha sido larguísima y lentísima. Lo que nos ha contado nos lo podríamos haber leído nosotros utilizando sólo un cuarto del tiempo que hemos perdido allí. Con la de cosas que tenía que terminar yo.

Al volver a nuestra oficina, nos hemos encontrado con que era una auténtica nevera, ¡qué frío! Ya me había avisado Carlos por la mañana. Pero es que no es normal. He salido con las uñas moradas. Y eso que tenía puesto un jersey de lana y una pashmina. Ni por esas.

Me ha sentado divinamente el paseíto hasta el coche; la humedad no me importaba tanto esos 5 minutos.

He vuelto a flipar con los de las inmobiliarias. A pesar de que están de vacas flacas, siguen siendo igual de flojos y arrogantes. Osama está en plena búsqueda de piso porque quiere mudarse a un estudio. Pues he llamado a tres teléfonos que he encontrado anuncios en una página web y todos me decían lo mismo: "Ya no están disponibles" Les he contestado que no me creo que no haya ni un estudio disponible en Marina cuando la mitad de los edificios están vaciándose a marchas forzadas. Pero, claro, como han bajado de precio, pues no les compensa hacer el esfuerzo; la comisión es muy pequeña. Prefieren emplear el tiempo en pisos de 2 habitaciones. Menuda panda de golfos.

Después de estas discusiones telefónicas, nos hemos ido al Dubai Mall que habíamos quedado allí con Laura, Dani y Emilie. Ya están abiertas las "Galeries Lafayette", primera tienda que abren fuera de Francia.

Hemos cenado allí, en un italiano, en la terraza. Así hemos podido ver el espectáculo de luz y sonido en la fuente de fuera, que es impresionante de grande. La verdad es que es muy chulo, está muy conseguido. A ver si un día lo grabo y lo pongo aquí para que lo veáis (haciendo caso a la recomendación de Javier)

Aunque quería entrar en varias tiendas, me he controlado para así hacer pleno mañana, que vamos a pasar allí todo el día.

Ya en casa, he charlado un rato con mis padres, que están preparando sus merecidas vacaciones en el paraíso de Zahara, ¡qué envidia!

Y antes de irme a dormir muchas gracias por los comentarios, que me hacen mucha ilusión. ¡Qué barbaridad! Nunca imaginé que lo leería tanta gente a la que no conozco. Ánimo con el de hoy que es bastante largo :-)