miércoles, 17 de junio de 2009

Rumbo a París

Esta mañana ha venido Osama a recogerme, para así dejar el coche en casita sin preocuparme por el aparcamiento.

Como era de esperar, no he parado en toda la mañana, intentando dejar todo lo más cerrado posible para que no haya complicaciones estos dos días. A ver si Salma consigue apañárselas. Yo, de todas formas, estaré conectada cuando pueda.

A las 12:30 hemos salido rumbo al aeropuerto, que nos dejaba Nassar, uno de los chóferes, muy majo. Estaba cayendo una que no era ni medio normal, 47 grados. Y el Peugeot de Nassar con un aire acondicionado que no tira ni para atrás.

En el aeropuerto, hemos parado en Paul a comer algo, aunque yo no tenía hambre. Allí hemos visto a Bas, director de marketing de KLM-Air France, que iba en nuestro mismo vuelo. Muy majo.

He de decir que volar con Emirates es ir en otra liga. El servicio es muy bueno y tienen todo tipo de detalles. Ya no sólo las pantallas individuales y una oferta de entretenimiento impresionante (películas, series, música, incluso juegos, etc.) sino que también tienen enchufes para cargar el móvil o el ordenador, conexión a internet y puerto de USB.

En contra diré que la Terminal 3, exclusiva para Emirates, necesita mejorar el sistema de aire acondicionado, ¡qué calor! Al más puro estilo Dubai, tiene un mall enorme dentro, claro.

Durante el vuelo he estado viendo un par de películas y varios capítulos de Friends, que nunca me canso de verlos y me sigo riendo como la primera vez.

A la hora esperada, 20:40, aterrizábamos en París. En los dos controles de pasaporte los policías me hablaban en español al ver mi pasaporte, un encanto. Con la manía que les tenemos a los franceses normalmente. Yo, de momento, no tengo ni medio pero.

Hemos cogido el tren para nuestros respectivos hoteles. Dany y yo estamos en uno que se llama Powers; Houda y Georges están en Royal. Están muy cerca uno del otro y ambos en calles perpendiculares a los Campos Elíseos.

Una vez llegamos a nuestro hotel, el conserje nos da una mala noticia: el hotel está lleno y nos tienen que dar una habitación más pequeña. Pero mañana nos dan una suite a cada uno. La verdad es que llamar la habitación "pequeña" es incluso un piropo. Al abrir la puerta, ya estaba metida en la cama, no digo más.

Hemos dado un paseo al hotel de nuestros compañeros para comprobar que la presentación funciona a las mil maravillas. Al menos el paseo por los Campos Elíseos ha sido muy agradable. Luego me han dado las uvas chequeando el correo en mi habitación porque Internet va a pedales.

A la 1.30, hora de París, nuestras 3.30, me he ido por fin a dormir, que mañana toca madrugar.

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