Cogiendo ritmo

Esta mañana me ha contado Mustafá un poco más de su vida: tiene 3 hijos, uno médico, otro ingeniero y otro que empieza a estudiar económicas ahora. Lleva aquí ya mucho tiempo y dice que los echa demasiado de menos; así que en dos meses se vuelve a Egipto. Y mañana por la noche me ha invitado a cenar, la que me debía. Menudo cachondeo tienen mis amigos con el temita. Encima que una intenta ser agradable...

En la oficina más proyectos. Ya nos han dado el briefing de Credit Suisse y tenemos que preparar el plan de medios para ... ¡el jueves! Esto empieza a parecerse a Madrid, jeje. Lo de SilverJet va en marcha también.
Hemos tenido dos reuniones totalmente surrealistas con dos proveedores. No tenían datos, no sabían lo que era segmentar por IP, un desastre, vamos. Incluso uno de ellos, de un portal de búsqueda de trabajo, ya ha sido de premio al absurdo. Para enviar una campaña de e-mail marketing a la base de datos de registrados, tenía que entrar yo como si fuera una empresa que busca candidatos y sacar de allí los correos electrónicos de los que me interesen, uno por uno. Entonces, hacía yo el envío por mi cuenta. Lo nunca visto vamos. Yo no sabía muy bien si reírme o ponerme a llorar.

Después de trabajar he quedado con Susana en las Emirates Towers, las de al lado de mi casa. En principio iba a recoger un coche que había alquilado previamente por Internet, a muy buen precio por cierto. Pues la chica no estaba de acuerdo con ese importe y me quería cobrar como un 30% más. Mañana le pondré una reclamación, esta no me conoce aún.
Así que nos quedado las dos cenando por ahí.

He venido corriendo a casa para poder hablar con Iñiguito pero ya se había ido a su casa. Sí que he hablado con mi prima Blanca y sus mellizos, Carlos y Fernanda; ¡me ha hecho mucha ilusión! También con mi hermano y mi prima María, menudos dos ejemplares viviendo juntos.

A ver mañana dónde me lleva Mustafá.