sábado, 27 de octubre de 2007

De paseíto por Deira




Esta mañana he amanecido a las 12, descansadísima. He desayunado y bajado a recepción para poder hablar con mi prima Lola. ¡Qué ilusión! Ya nos hemos puesto al día. Me dice que Ignacio sigue sin querer salir, pobre Rosario, tienes que estar desesperada.

También he estado chateando con Javi, un amigo de mi primo Eduardo, que acaba de llegar a Dubai. Muy simpático. A ver si consigue coche y se une a los planes Dubaitíes.

Luego he estado llamando a varias compañías de alquiler de coches para hacer mi estudio de mercado particular. Antes de que Mustafá me diga lo que me va a cobrar su amigo, prefiero estar informada.

Por la tarde, he ido con Susana a dar un paseo por Deira. Hemos cogido el barquito para cruzar el Creek y, allí, nos hemos reunido con Pablo y Jota. Paseando entre las calles, llegamos al mercado del oro. Anda que hemos visto cada escaparate… Como dice Susana, parecen los collares de Cleopatra o, como lo define Jota, el paraíso de M.A.
Cuelgo algunas fotos, aunque, al ser de noche, no era el mejor momento porque el flash tampoco llega a todo. Las dos primeras son del mercado textil y la otra está hecha en la parada donde hemos cogido la barquita. De todas formas, Jota, que es un profesional de la fotografía, me ha dicho que tiene fotos muy bonitas de Dubai y nos las pasará.

Otro de los sitios que hemos visto ha sido el Zoco de Electrónica. Como le he dicho a varios amigos, los productos electrónicos son más baratos aquí. Los móviles, por ejemplo, valen un 30% menos y, además, son libres; luego pueden utilizarse en España. Lo mismo pasa con los ordenadores portátiles, consolas de videojuegos y iPods, por supuesto.

A la vuelta, Susana y yo hemos decidido coger un autobús de línea para poder vivirlo al 100%. Se tarda más tiempo, casi una hora, pero ha merecido la pena. Como curiosidades: hay una zona del autobús reservada para mujeres y, lo mejor de todo, un ambientador que, cada cierto tiempo, dispara un olor a jazmín para refrescar el ambiente. Al principio, no sabíamos de dónde venía ese olor, pensábamos que era una mujer poniéndose colonia. Cuando nos hemos dado cuenta, no dábamos crédito.

Nos hemos bajado en Karama, donde vive casi toda la población india. Susana vive muy cerca y hemos aprovechado para comprar unas cosas en el supermercado de allí.

Ahora me voy directa a la cama, que estoy destrozada. Esta noche cambian la hora en España. Una faena porque ahora serán 3 horas de diferencia en lugar de 2.

1 comentario:

Anónimo dijo...

D E S E S P E R A D A!!!!!
Y SIGUE SIN QUERER SALIR IGNACIO...EN CUANTO SALGA, TE LO ENVIO A DUBAI.
BESOS
ROSARIO