Mustaffa, érase un taxista egipcio

Bueno, que hoy toca historia divertida. Mis compañeros de Madrid están hartos de oirme contar historias con los taxis; me ha pasado cada cosa, que es para escribir otro blog aparte. Incluso hubo uno que quiso presentarme a su hijo porque pensó que hacíamos buena pareja. Tremendo. Pues el de hoy no se queda lejos. Al montarme en el taxi, me ha dado los buenos días y preguntado qué tal estaba. Cada 5 minutos, me volvía a preguntar. Yo, educadamente, le contestaba: "Muy bien, muchas gracias". Viendo que ese tema no le daba para mucha conversación, decidó indagar en la nacionalidad. "Española", le dije yo. Entonces pensé que continuaría prenguntando lo normal: cuánto tiempo llevaba aquí, si me gustaba Dubai, cuánto iba a quedarme. Pues no, nada de eso; cambia radicalmente de tema y se centra en mi colonia, lo que menos me podía imaginar. Que le gustaba mucho cómo olía y que mi marido (no sé de dónde se lo ha sacado) era muy afortunado; como si tuviera algo que ver una cosa con la otra. Yo, le seguía la corriente, sobre todo en lo de mi falso matrimonio. Al llegar a la oficina, veo que se baja del coche y me dice que me espere. El muy amable egipcio fue a abrirme la puerta, todo caballeroso. Entonces, me cogió las manos y empezó a olerlas como si la colonia fuera droga. Me decía que era una "Spanish flower in Dubai", tela con el amigo Mustafá. Me reía, pero en realidad estaba alucinando. No entendía nada. Lo mejor de todo es que, mañana dice que viene a las 8.30 a recogerme otra vez.

Nada más llegar Joe, se lo he contado por si este tipo de historias son normales aquí. Me ha dicho que sí, que los egipcios son muy charlatanes y que su mujer se hizo amiga de uno. De hecho, incluso me puede salir bien la historia y negociar con Mustafá mi transporte a la oficina todas las mañanas, así sale más rentable.

A parte de esta aventura, el resto del día ha transcurrido con normalidad. Hemos tenido una reunión con un cliente nuevo. Es una compañía aérea que tiene vuelo directo Dubai-Londres, sólo plazas en business y sin tener que pasar el control de maletas. Lo más interesante es que puede que nos den algún que otro billete. Así que, Nati, prepárate porque, el día menos pensado, me planto en la city a hacerte una visita.

Mañana sigo la historia de Mustafá. A ver si lo compro con un litro de colonia Johnson's Baby ;-)