Tormenta de arena

Por si alguien lo dudaba, Mustafá estaba esta mañana a las 8.20 en la puerta de mis apartamentos. Me ha traído un recorte de periódico en el que salía recibiendo un premio por su honradez; el año pasado devolvió una cartera con más de 1.000 €, que se había dejado un cliente. Creo que me lo ha traído para que me fíe de él, claramente. Esta vez no soy "The Spanish flower", me ha ascendido a "The most beautiful flower in Dubai"; incluso me ha dicho que me quiere invitar a tomar marisco fresco, con lo poco que a mí me gusta.

Durante toda la mañana, he vivido la primera tormenta de arena, increíble. Estaba todo el cielo encapotado, muchísimo viento y, claro, como estamos rodeados de desierto, pues había mucha arena por todos sitios. Pasa como con la lluvia, muy bien para verlo desde casa, pero en la calle es incomodísimo: arena por todas partes, se te mete en los ojos, etc.

En el plano laboral, las cosas siguen marchando. Tenemos ya varios frentes abiertos, y parece que nos vamos poniendo de acuerdo con Catch (la agencia creativa que hacía las campañas hasta ahora); aunque no está siendo nada fácil, claro.

Por la tarde he estado en el centro comercial de recados con Roberto. Yo tenía que comprarme un secador y mirar unos zapatos para Georgia. Él estaba con unos encarguitos de su jefe.

Y ahora lo de todos los días, un rato de conexión a Internet para contestar correos, hablar con mi familia y amigos y escribir el post de hoy.

Mañana ya es jueves y comienza el fin de semana largo.