sábado, 13 de octubre de 2007

Excursión al desierto








Hoy le toca cumplir años a Pablo Elorz, y celebrar el santo a los Eduardos, ¡felicidades a todos!

Ya voy cogiendo mi ritmo de sueño. No se qué me pasaba pero, durante los fines de semana, no dormía demasiado; me solía despertar a las 9 como muy tarde. Pues he amanecido a las 11:00, como una campeona. Me he bajado a la piscina un ratillo y luego tocaba sesión Internet.

Después de comer, nos hemos ido un grupo de 5 españoles de excursión al desierto: Yolanda (de Mallorca), Susana (de Córdoba), Álvaro (de Almería), Roberto y yo. Lo mejor de la excursión ha sido el guía: Macho. Es increíble, el auténtico amo del desierto. Lleva aquí 23 años, ni más ni menos, así que se conoce esto como la palma de su mano. Primero, por carretera unos 45 minutos hasta llegar a la zona desértica. Una vez allí, nos ha estado paseando por en medio de la nada, de duna a duna. Por mucho que lo intente, es imposible describirlo. En las fotos y vídeos no se muestra ni la mitad de lo que es; está demasiado acotado. Lo impresionante es verlo con la suficiente perspectiva. La arena es muy muy fina y rojiza. Además, la luz del sol acentúa ese color rojizo-anaranjado, es increíble. Al ser Eid, había muchísima gente pasando el día allí; vamos que había un tráfico de 4x4 por el desierto tremendo.
Nos ha llevado a un cerro donde hay una roca para poder ver la puesta de sol. Pero insistía mucho en que había demasiada gente; no estaba muy contento con que esta fuera nuestra experiencia desértica.

Después, una vez había anochecido, teníamos cena en un campamento preparadísimo para el turismo; con espectáculo de danza del vientre incluido. La verdad es que la experiencia ha sido alucinante. Nos ha gustado tanto, que ya estamos preparando hacer una acampada en el desierto. Macho ya nos ha dicho de un sitio, a unas dos horas de Dubai, perfecto para ir a pasar la noche; mucho menos turístico. Estamos en buenas manos, así que sólo tenemos que poner fecha.

Otra de las cosas que llaman la atención es que, por la carretera de camino al campamento, nos hemos cruzado con un montón de camellos. Por supuesto, en el sitio de la cena podíamos montar en uno para hacernos la típica foto. Ya nos ha dicho Macho que lo dejemos para más adelante.


Volviendo del desierto, me ha llamado mi prima Lola, ¡qué ilusión! Aunque tengamos contacto por mail o por messenger, siempre es mejor escuchar la voz al otro lado.

¡Hasta mañana!

1 comentario:

Nati dijo...

Chuladas de fotos las del desierto!!!