Amago de reunión con L’Oreal

Esta mañana se supone que teníamos reunión con L’Oreal a las 9.30. Ha sido la reunión más corta que he tenido en mi vida: 1 minuto de reloj. Resulta que, al final, no tenían tiempo y han decidido posponerla para más adelante. En el fondo, nos ha venido bien para poder adelantar cosillas.

A mediodía, he ido con Elodie, una compañera francesa de MPG, a ver mi estudio. Ella quiere comprarse algo y le encanta el edificio, pero quería verlo por dentro. Le ha encantado. En la recepción, nos hemos encontrado al dueño que me ha dado una mala noticia: ahora resulta que no puede quitar el armario que puso. Por la tarde, he hablado con Rakesh y mañana me dice si lo solucionan o no. De todas formas, como última opción, me podría cambiar al mismo apartamento pero en la 6ª planta. Espero poder quedarme en la 10.

Luego hemos tenido reunión interna para explicar proceso de trabajo. En realidad, es el mismo que llevamos a cabo en España.

Al salir de la oficina, había quedado con Quino y Roberto para hacernos una foto que tenemos que enviar a la Facultad. Nos la queríamos hacer en Madinat Jumeirah, pero al final no nos hemos podido poner de acuerdo. Casualidades de la vida, me he encontrado allí con Mª José y Luis, su marido, con los niños. Aún no me había dado tiempo a llamarles, fatal por mi parte.

Esta noche he cenado en casa de Emilie, que también vive en un estudio muy cerca del mío, vamos a ser vecinas. Hemos pedido unos noodles en Wagamama. Tan a gusto, dándole al pico y poniéndonos al día de estos dos meses de ausencia.

Al llegar a casa, he estado de charla con Bego, hablado un ratín con mis padres y ahora voy a terminar de crear dos campañas en Dart Search porque la lentitud de la oficina me desespera. A ver si no se me cierran los ojos antes.