sábado, 8 de marzo de 2008

Menuda final

Esta mañana tocaba madrugar para ir, por fin, a medir el piso. De ahí, me he ido a alquilar el coche a un sitio que me recomendó Susana. Esta vez me han dado un Toyota Yaris que, como dice mi amiga, tiene menos detalles que un panda. Por no tener, ni los elevalunas eléctricos, jaja. Menos mal que es sólo para el primer mes. Mientras tanto, iré mirando para comprar.

Una vez en casa, he estado haciendo el planito para ver cómo lo amueblo, aunque tampoco hay muchas opciones. Por suerte, en la web de Ikea te descargas un programita estupendo en el que metes las medidas del apartamento y vas colocando los muebles para ver si caben o no, maravilloso. Pensaba enlazar directamente con Ikea pero he preferido no precipitarme. A ver si Laura, Dani y Susana me echan un cable, que me he quedado bloqueada.

Por fin he visto a Bego, que llegó anoche. También nos hemos puesto al día de lo ocurrido en estos dos meses.

He quedado a comer con Susana en Dubai Marine antes de irnos al tenis. Allí estaba Emilie, que llegó ayer de París; Sofía, otra de las becarias nuevas que llegaron en enero, y Santi, un chico que vive en Shanghai pero viene a Dubai por trabajo de vez en cuando.

De ahí, volando al tenis, que queríamos ir pronto para no tener problema de sitio. A nosotros nos ha costado un poco entrar en el palco porque, por ser la final, habían aumentado la seguridad y el pase que hemos usado durante toda la semana no servía ahora. Al final, entre Álvaro y Sergio, lo han conseguido. Así que ahí hemos estado, dándo todo el apoyo posible a Feliciano. Menudo partidazo ha hecho; ha sido el único que ha podido sacarle un set a Roddick en todo el torneo. Esta vez, el americano no ha hecho tanto saque directo, Feliciano le restaba increíblemente bien. Lástima que, al final, no ha podido ser pero, para nosotros, ha sido el ganador. Llegó a poner muy nervioso a Roddick, que la pagó con el pobre chico recoje-pelotas, menudos gritos le metía.
Como anécdota graciosa del partido: el juez de silla, de forma incosciente, ha mandado a sentarse al mismísimo presidente de la federación de tenis de Dubai, jaja. Cuando se ha dado cuenta, ha pedido perdón, claro. El pobre, se moría de la vergüenza. No hemos pasado menos nosotros con el comportamiento de cierta gente.

Nos hemos quedado tomando algo en el Irish con Sergio, Emilie, Susana, Saleh, Ricardo y los hermanos de Sergio, Diego y Javi. De vuelta a casa, he pasado por el Budha Bar para decirle adiós a Feli y Jordi, su entrenador. Estaban cenando allí y a tomar unas copillas para despedir Dubai hasta, esperemos, el año que viene.

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