domingo, 1 de junio de 2008

Quiebra de Silverjet

Hoy empezamos semana y mes; ya estamos en junio.

Nada más llegar a la oficina, noticia que me deja de piedra: Silverjet ha quebrado definitivamente y ha suspendido toda su actividad comercial. Al parecer, el pasado viernes salió el último vuelo de Dubai a Londres. Hace un par de semanas, ya habíamos leído en el periódico que estaban buscando inversores. Lo gracioso es que teníamos una campaña activa ahora mismo y, el martes pasado, nos confirmó la cliente que ampliábamos todo el mes de junio. Evidentemente, lo primero que he hecho en el día ha sido pararla. Sólo espero que no tengamos problemas económicos con ellos, que nos paguen las dos últimas campañas que hemos tenido.

Ha vuelto Joe de sus vacaciones en Italia. Viene encantado con el viaje, como para no estarlo, se ha pasado 10 días de ciudad en ciudad, con lo bonito que es Italia. Hoy, como es de esperar, no ha hecho demasiado; leer los correos, marear por la oficina y contar su viaje.

Me ha llegado la primera factura de la luz y el agua. Aquí, en Dubai, va junto, es la misma compañía. El importe es de 14 euros, bastante más barato de lo que esperaba. Me habían dicho que, con el aire acondicionado, se pasaban mil pueblos en la factura. Tampoco voy a cantar victoria a ver si empeora en los próximos meses.

He comido con Bego e Inés en La Moda. Esta vez, se han asegurado de no ponerme nada de queso en la comida, menos mal.

Por la tarde he ido al dentista porque ya no puedo más con el dolor de muela; sobre todo cuando me enjuago los dientes, veo las estrellas. Querría haber esperado a julio para ir en Jerez pero imposible. El miércoles me toca que me hagan la endodoncia, a ver qué tal. Me ha recetado un antibiótico y un antinflamatorio.

De vuelta a casa, he tenido la genial idea de dejar el coche en el garaje e ir andando a la farmacia, que está como a 10 minutos andando. Definitivamente, ha sido la peor idea del día, ¡qué calor! ¡Qué manera de sudar!

Por el camino, he ido hablando con mi amiga Ana, que ya tenía ganas de hablar con ella. Luego he llamado a mis padres también, aunque no he podido hablar con mi madre, que no estaba en casa. Tomás, mi hermano, me iba diciendo la paliza que estaba dando Nadal a Fernando Verdasco.

En principio, iba a ir a Momo (un bar en el Mall) a tomar algo con Omar, Osama, Sarvin, Maan; pero me dolía demasiado el nervio, he preferido quedarme en casa. Así he aprovechado para coger el dobladillo de las cortinas. Ya es un estudio en condiciones.

Y a dormir tempranito, siguiendo con las buenas costumbres.

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