De excursión en Bab Al Shams

Empieza el fin de semana y, como está mandado, me levanto con calma, desayuno un zumito de frutas y unas galletitas, como una marquesa. Como no tenía aún ganas de arrancar, me he puesto a leer un rato y, claro, me he quedado medio dormida otra vez.

Después de tanta flojera me he puesto en marcha: ducha tranquila, a vestirme y he ido a casa de Laura y Dani a regar las plantas.

Estando allí, me ha llamado Javi, que conoció ayer a una pareja de españoles en un bar y se había ofrecido a hacerles de guía turístico. Se llaman Luis y María, son de Sevilla y han venido una semana de vacaciones. Como ya habían hecho todo lo posible, no sabían qué plan llevar los dos días que le quedan. Así que les hemos llevado de excursión por el extra radio.

Primero, hemos ido al sitio donde se celebran las carreras de caballos; no las de velocidad sino de resistencia. Javi les ha explicado cómo funciona el tema, las puntuaciones, los controles, el proceso que llevan para que el caballo baje de pulsaciones, etc.

De ahí, hemos ido a Bab Al Shams, un hotel en mitad del desierto, impresionante. Había oído hablar bastante pero nunca me había acercado y la verdad es que es alucinante. Está en medio de la nada y mantiene el estilo árabe antiguo, precioso. Hemos estado en la terraza de arriba tomando unos zumos y probando la shisha. Cuando ya hacía demasiado calor y, sobre todo, humedad, nos hemos vuelto a Dubai.

Como teníamos hambre, nos hemos pasado por nuestro sitio habitual: Wagamama. Nos hemos encontrado con Bego, que iba al Mai Tai.

Terminada la cena, les he acercado a su hotel y a casita a dormir. Mañana les recojo para llevarles a otros sitios y comer comida árabe.