lunes, 11 de agosto de 2008

Los absurdos de Dubai

Esta mañana hemos tenido reunión con la chica de Air France, Pardis; encantadora por cierto. Llegar hasta su oficina ha sido toda una aventura.

Primero, semi pelea con Joe porque quería que fuéramos en mi coche. Yo me negaba en rotundo por varias razones: la oficina está en Deira, que es una locura de tráfico y, además, nos iba a costar aparcar la misma vida. Como su coche está en plena revisión, conduce ahora el de un amigo y, no sé por qué razón, no quería llevarlo. Imagino que las mismas que yo pero, claro, con lo cabezón que es, no lo reconoce. Al final nos hemos ido en taxi, claro. Mientras, él iba desayunando los cereales de rigor, de cachondeo.

Total, llegamos al edificio donde están las oficinas de Air France. Preguntamos por Pardis y resulta que está en otro edificio diferente y ninguno de nosotros lo sabíamos, me refiero a MPG también. Lo peor es que Joe me hacía sentir estúpida, como si hubiera sido culpa mía. Ayer me dijo que ya sabía dónde era.

De vuelta a coger otro taxi para ir a la verdadera oficina. Por fin hemos estado con ella, contándole un poco más de Media Contacts y viendo la posibilidad de hacer campaña de buscadores, que están muy interesados.

Luego vuelta a la oficina a seguir con Al Aan TV. Me ha llamado el de Google, desde Dublín, para cerrar un par de cosas y darme una buena noticia: se viene a vivir a Dubai para empezar el negocio aquí. Nos va a venir de lujo porque ahora tenemos 3 horas de diferencia y un par de días inútiles: viernes, que nosotros no trabajamos, y domingos, que ellos no.

Por la tarde, Joe se ha ido a otra reunión, esta vez de Apple. Querían aclarar un par de dudas con respecto al briefing y preguntarle más cosas acerca de ambos productos. Por lo visto ha ido muy bien.

Me he estado volviendo loca con un tag para Yahoo. No hacían más que decirme que no funcionaba, debía haber algún error. Pues venga a mirar y mirar en DFA y que no encontraba dónde podía estar el fallo. Desesperada ya, le pregunto a Adil, de Brasil, que me echara una mano. Bueno, pues era el fallo más tonto de todos. De nuevo, estúpida perdida.

Ha llegado una buena noticia de la red: se ha ganado Hugo Boss. Al parecer, vienen con presupuesto para Internet y todo. Lo va a gestionar MPG Alemania.

He salido prontito para ... ¡ir al gimnasio! Más de una no se lo creerá pero es cierto, lo he conseguido. Ahora a intenter ir a menudo. Con el día tan estúpido que he tenido, necesitaba desfogar de alguna forma. Así que he hecho 10 km de bicicleta, 5 km corriendo y unos ejercicios con pesas. Para el primer día no está mal.

Luego una ducha de esas largas, charlar un ratito con mi padre y al aeropuerto a recoger a Jeremy, que el pobre llega con pocas ganas. Margarita se ha quedado en Grecia hasta finales de agosto, pobre.

Allí hemos vivido uno de los grandes absurdos de Dubai y prueba del clasismo galopante de esta ciudad. Mientras esperábamos a que Jeremy saliera, nos hemos sentado en Costa a tomar algo. Al levantarnos para ver los monitores, vemos que Osama se ha dejado el teléfono encima de la mesa, así que vamos a recuperarlo. Resulta que el supervisor de la cafetería lo había llevado a la Policía, sección de objetos perdidos. Total que vamos a recogerlo, pensando que era un trámite simple. Aquí nada es simple. Al parecer, Jeremy había llamado un par de veces y el chico contestó la llamada informándole que el teléfono al que llamaba estaba en la Policía. Pues, por lo visto, es ilegal contestar una llamada de un teléfono que no es tuyo; quería meter en la cárcel al pobre chaval, que lo único que había hecho era ser honrado. Osama intentando explicarles que, gracias a que respondió la llamada, supimos dónde estaba el móvil, etc. Entonces, de repente, salen con otra excusa: el chico llevaba el pase de trabajador del aeropuerto colgado en el pantalón pero metido en el bolsillo. Ahora cambiaron de tercio y le querían poner una multa de 260 Dhs, cuando el pobre sólo cobra 1,000 Dhs al mes. Conclusión: estaban aburridísimos y la tomaron con el pobre chaval porque era indio. Llega a haber sido un local o un europeo cualquiera y no pasa nada. Lo peor es que, cuando ya nos fuimos, el chico aún seguía allí.

A todo esto, Jeremy estaba ya fuera esperándonos, sin entender nada, jajaja. Viene con una cara de relax absoulta, moreno y, como es normal, con muy pocas ganas de trabajar. Mañana tiene que ir a hacerse un examen médico porque, al ser chef, se tienen que asegurar que no tiene nada contagioso.

Y zumbando a casa porque con la tontería nos han dado la 1 de la mañana. Pero yo no me quito al pobre chaval de la cabeza, ¿qué habrá pasado al final?

1 comentario:

Belen dijo...

Me temo que va a llegar un día en el que el título de tu post sea "A tortazo limpio con Joe"...