lunes, 12 de mayo de 2008

Alcanzando los 40 grados

Sí señores, ya estamos a esas temperaturas. Conretamente, hoy ha hecho 42 grados. Por suerte, no me he enterado de nada porque he decidido no hacer ningún recado más a mediodía. Mientras el sol esté fuera, mejor estar bajo techo.

En la oficina, hemos tenido reunión interna con Deanna para contarle la presentación que estamos preparando para YSL. He llegado a desesperarme cuanto intentaba explicarle el concepto de adserver. Entiendo que hablemos un idioma un poco diferente pero le estaba hablando como a un niño de 5 años. Claro que, si no sabe utilizar un USB, partimos de un nivel realmente bajo. Paciencia.

Me he estado escribiendo unos correos con Miguel Ángel Jimeno, que viene este viernes a Dubai de nuevo. Muy majo, me va a traer un ejemplar de Nuestro Tiempo en el que sale la entrevista que me hizo Chus. Hoy me la ha adelantado por correo, han quedado genial las fotos, ¡enhorabuena!

A mediodía he comido piña; hay que cuidarse después de los excesos del fin de semana y, además, esta noche vamos al japonés, mmmmm.

Por la tarde, han venido los de AlBawaba a hacernos una visita rápida para comentar cómo vamos, perspectivas de futuro, etc. Aquí es bastante normal que los soportes entren en la oficina como pedro por su casa. A ver si ahora, que tenemos recepción en condiciones, se cortan un pelo.

Marta y María han subido fotos del meeting de Sevilla a Facebook, qué penita me ha dado verlas; primero al que falto en 4 años, ¿qué le vamos a hacer? No se puede estar en todos sitios.

También hemos tenido otra visita sorpresa: Patrick Chalhoub, presidente de la empresa con la que tenemos la joint venture. Ha venido a conocer las nuevas oficinas. Por cierto, que tenemos chica nueva en el departamento de planificación: Tania.

Y por la noche he ido por fin al famoso japonés del Sheraton, que tiene fama de ser el mejor de la ciudad. Los lunes hay buffet y había oído maravillas. Como Chema se va este fin de semana, qué penita, le estamos haciendo la ruta de despedida. Esto es lo malo de Dubai, que es una ciudad de paso y, normalmente, no todos llevamos el mismo ritmo. Ahora ha venido Carlos, que va a estar por aquí otros dos meses. Por fin le he conocido, que me había escrito unos cuantos correos con él; tenemos unos amigos en común en Madrid.

La comida, simplemente espectacular, riquísimo todo; totalmente merecido el primer puesto. El atún estaba buenísimo, totalmente rosa y fresco; lo mejor de todo, sin duda. Lástima que Laura no pueda comerlo. En cuanto nazca Ignacio, vamos otra vez.

Y de ahí a casita. He intentado hablar con mi hermano pero ya estaba de pendoneo por ahí, jejeje.

No hay comentarios: