jueves, 22 de mayo de 2008

Y ... empieza el fin de semana

De nuevo jueves; las semanas pasan volando. Todos los jueves digo lo mismo: hoy me acuesto tempranito para aprovechar el día mañana. Prefiero no decir nada porque esta noche hay fiesta en casa de Susana, para celebrar su cumpleaños y el de Andrés, otro becario.

En la oficina, más carreras, para poder terminar pronto. Nadie estaba por la labor de encargar Manakhesh así que nos hemos quedado sin desayuno.

Casi me vuelvo loca con una factura de Credit Suisse. Los del departamento de contabilidad parecen descendientes del mismísimo Hitler. Yo me consideraba cuadriculada pero, después de esta tarde, soy un desastre comparado con ellos. Muy ordenados, pero eso sí, tendiendo a la desesperación.

He estado chateando un ratillo con mi hermano y otro con Marcos. Hoy, no sé muy bien porqué, pero estoy un poco nostálgica; toca echar de menos, ¿qué le vamos a hacer?

De la oficina, directa a casa a ducharme y cambiarme para ir de fiesta. He quedado con Emilie, que ha estado liadísima toda la semana la pobre, y hemos ido a tomar algo con Osama al Central Perk, copia de la cafetería de Friends. Por suerte, hoy no hacía demasiado calor, en la terracita se estaba muy bien.

Desde allí, he hablado con mi prima Marta por fin y con Inés, para que me contara su viaje a París, estaba encantada.

Luego, a casa de Susana a la fiesta. Hoy no había nadie en la piscina aunque, según creo, alguno ha terminado cayendo con ropa y todo. Me ha hecho ilusión encontrarme con gente a la que no veía desde que me fuí: Tomás, de Al Ain; Iñigo, Raúl. A Saleh casi no le he visto porque se iba cuando nosotros llegábamos.

Sobre la 1 nos hemos ido para intentar pasarnos por una fiesta de lanzamiento de una nueva marca de tabaco. Al final, a Osama no le dejaban entrar por llevar bermudas y, en vista de lo cual, nos hemos ido un rato a la playa. Cuando ya hemos tenido fresco, a casita a dormir.

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