Comienza la semana, como siempre, con mucho sueño. El vecino, que habla a gritos, me volvió a despertar anoche. Cuando habla con alguien por el ordenador, oigo hasta lo que dice el de la otra línea, a él por descontado claro. Es increíble, creo que debe ser sordo.
En la oficina ha estado el día más o menos tranquilito, porque los domingos no trabajan los de Londres, claro, jajaja. Joe ha estado haciendo cosas de bancos por la mañana y no ha llegado hasta la hora de comer.
He salido corriendo de la oficina para llegar a Misa de 19:00 pero el tráfico era espantoso. Al final me han dado las 19:30 y aún no la tenía ni cerca. Definitivamente me tengo que organizar para ir el viernes o el sábado.
Por la noche hemos quedado con Margarita, Jeremy, Emilie y Omar en el patio del Royal Mirage. De cenita y charlita, muy agradable. Incluso he estado escribiendo mis primeras palabras en árabe; lo típico, mi nombre, el de Jeremy, el de Margarita, etc.
Al salir de vuelta a casa, Emilie se ha quedado sin batería en el coche, pobre. Menos mal que yo estaba aún ahí y la he dejado en su casa. Mañana recogerá el coche con alguien que tenga pinzas para poder cargarle la batería.
Y esta vez ya he aprendido: a dormir con tapones para que el tonto este no me despierte. Más vale prevenir que curar.
domingo, 2 de noviembre de 2008
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