sábado, 1 de noviembre de 2008

Celebrando el cumple de Bego

Esta mañana he amanecido relativamente temprano pero, al final, me he quedado remoloneando un ratillo en la cama. Así que hasta las 11 no me he puesto en marcha. Me ha dado un poco de pereza bajar a la playa para sólo una hora y media. En vista de lo cual, me he quedado en la piscina tomando el sol un ratillo. Lo de ratillo es en sentido literal porque sólo he tenido 40 minutos; con el nuevo edificio en frente, llega la sombra en seguida.

Me he subido a casa a ducharme y arreglarme que a las 14:30 habíamos quedado a comer para celebrar el cumpleaños de Bego. Como es habitual en ella, ha llegado casi la última, a las 15:30. Así que hemos terminado comiendo a las tantas pero lo hemos pasado igual de bien. También le han sacado la tartita de rigor con la vela para soplar.

Después de comer, nos hemos ido a Barasti a tomar algo en la terraza, que se estaba de vicio. Por el camino, nos hemos reído a costa de la rubia que trabajaba conmigo en la oficina. La teníamos delante y no paraba de meter la pata, no tenía ni idea de por dónde iba. Ha terminado yendo al mismo sitio que nosotras, eso lo teníamos claro desde el principio.

Hemos estado allí un rato esperando a la cumpleañera. Cuando ya nos hemos empezado a deprimir porque mañana empieza la semana de nuevo, me he venido a casa.

Y esto es lo que ha dado de sí el fín de semana. Qué pena que sean sólo dos días, deberían ampliarlo un poco.

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