sábado, 29 de noviembre de 2008

Mudándome de oficina

Hoy, lógicamente, no había quién me levantara de la cama, ¡qué pereza más grande! Pero, al menos, tenía cosas que hacer.

Primero, dejar la mesa bien despejadita para que los de la mudanza la pudieran mover sin problemas. Nos bajamos a la tercera planta, ha sido imposible evitarlo.

Durante un rato, parecía que iba a caer la tormenta del siglo. Llover no ha llovido mucho, pero estaba el cielo negro negro negro y una ventolera tremenda. Mi coche se ha quedado bastante sucio, lleno de arena.

Joe se ha quedado trabajando desde casa así que me ha tocado empaquetar sus cosas. En cuanto vea cómo estamos, monta un escándalo, estoy segura. Estamos en un despacho bastante pequeño, uno en frente del otro y sin espacio para nada más. Dany ha venido por la tarde y sugiere que uno de los dos se quede en el despacho y el otro fuera. Ya se yo que la menda es la que se queda fuera pero no me importa.

Mientras terminaba la estrategia de Diesel, chateaba con mi prima Marta, que hacía mucho que no charlábamos. Entre medias ha tenido que castigar a mi ahijada, que estaba saltando en el sofá a primera hora de la mañana. Comprendo que a su madre no le haga ninguna gracia pero yo me la como.

A mediodía he ido a comer al Westin, que Emilie celebraba su cumpleaños. Ha sido una pena porque me he perdido lo mejor, el postre en la terraza pero bueno, otra vez será.

He vuelto a terminar el documento y corriendo a casa a coger la ropa para mañana, que hoy duermo en casa de Laura. Dani se ha ido esta semana a Corea y se queda sola con el peque, así que me he ido a hacerle compañía.

Primero nos hemos quedado Emilie y yo con Ignacio, mientras Laura llevaba a Dani al aeropuerto. Se lo pasa pipa en su manta rodeado de juguetes. Nos miraba y se partía de risa. Le queda medio telediario para salir gateando ya, está espabiladísimo.

Después del baño y su biberón, ha ido directo a la cuna, frito en medio segundo. Y nosotras nos hemos quedado de charla un rato pero, con tanto silencio, pensábamos que eran las tantas de la noche y eran sólo las 21:30, jajaja. Mejor, así hacemos horario infantil que a media noche piará otra vez.

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