¡Durmiendo la siesta!

Anoche me volvió a despertar mi adorable vecino, no sé ni qué hora era. Esta vez no estaba de juerga sino hablando con una chica, pero, como habla a grito pelado, pues me desveló.

He ido a desayunar con Osama, su padre y sus hermanas al Mall of the Emirates. Munjid, su padre, es, como no esperaba de otra manera, muy inteligente y culto. Además, muy simpático.

Nos hemos quedado allí comprando unas cuantas cosas y, después, hemos ido a comer al paseo de JBR, que estaba todo llenísimo, como siempre.

Después, me he ido a casa, que estaba rota. Y he conseguido dormir una horita de siesta. Con lo que me suele costar dormir a mediodía, pero es que hoy se me caían las persianas.

Por la tarde, hemos ido a Festival City a dar un paseo. Ban y Uns iban al concierto de Queen, que era allí. Mientras tanto, nosotros hemos intentado comprar un programa para el ordenador, sentado a tomar un té y, luego, a cenar en la terraza y esperar a que el concierto terminara.

Cuando ya las hemos recogido nos ha pasado una cosa graciosa pero que también demuestra lo egoísta que llega a ser la gente y la falta de educación galopante en los expatriados. Para poner en antecedentes, había un atasco tremendo para salir de la zona. Eso suele ocurrir después de cualquier concierto en cualquier ciudad: la gente sacando los coches del aparcamiento, otros peleándose por un taxi, etc. Bueno, el caso es que un chico, borracho, ha tocado nuestra ventanilla y pretendía colarse con su novia en el coche: "Sí, nos estrujamos un poco y nos lleváis a casa". Osama, muy educadamente, le ha dicho que no, que lo sentía mucho pero teníamos prisa y también estábamos cansados. Y la estúpida de su novia de fondo decía: "Déjalos, no tienen ningún tipo de sensibilidad hacia las personas" Hay que joderse. Por nuestra parte, la única respuesta ha sido: "Sí, absolutamente" Y cerrar la ventanilla. Claro que también nos hemos venido riendo de ellos por el camino.

Y esto es lo que ha dado de sí el viernes. Veremos mañana el sábado. Buenas noches.