miércoles, 26 de noviembre de 2008

Noche toledana

Menuda nochecita me ha hecho pasar el condenado de mi vecino, con policía incluída. A eso de las 2 me ha despertado, como siempre, con la música a toda pastilla. Primero le he dado un toque en la pared para ver si reaccionaba. Al ver que no, he llamado la policía. Ha tardado unos 15 minutos en venir a pedirle que terminara la juerga. En cuanto se han ido, el indecente este se ha puesto a aporrear mi pared. Como para ir a dialogar con él, es capaz de morderme.

Con la tontería, creo que no me he vuelto a dormir hasta las 4:30 de la mañana. Total para levantarme a las 6:30, que tocaba ir a Abu Dhabi, a la embajada.

Ya en la oficina, me han visto cansada y preguntaban si me encontraba bien. Les he contado la aventurita nocturna y Guy, muy majo, se ha ofrecido a ir a hablar con él. Le he dicho que ya lo hemos intentado un par de veces, sin suerte.

El resto del día ha estado sin parar, terminando mis cosas y solucionando los marrones que nos vienen del equipo de Houda, como siempre. Mañana a ver si me siento tranquilamente con Georges y hablo del tema porque es insoportable.

Me he vuelto a echar unas risas con la charla matutina con mi madre y mi hermano.

Chateando con un amigo argentino, me ponía al día de los comentarios en España sobre la Copa Davis. Es una pena que la gente se tome el deporte como una forma más de discriminación y xenobismo. Con la gran final que se ha jugado; terminando los propios jugadores españoles vitoreando al equipo Argentino. Eso es dar ejemplo a esa panda de ignorantes que confunden las cosas.

Como hoy me había dejado el coche en casa, he vuelto de la oficina dando un paseo. La verdad es que ha sido de lo más agradable porque he cogido por el camino largo, que era bordeando toda la marina. He descubierto que abajo de mi edificio hay una cafetería y van a abrir un supermercado, no sé qué año. Porque el salón de manicura se llevó al menos 4 meses con el cartel de "Soon to open" y ni siquiera está abierto aún.

He hablado un ratito con mi padre hasta que me iba a cenar a Wagamama. Hoy estaba insoportable el sitio porque tiene una acústica malísima y estaba lleno. Hemos salido con dolor de cabeza y todo. Luego pasamos por el Mai Thai, la puerta de al lado, para tomar algo y de vuelta a casa.

Hoy me había propuesto dormir, como tarde, a las 22:30 y he llegado hasta pronto; a las 22:15 estaba encamada como una liebre. Mi adorable vecino estaba en su casa pero solo, menos mal. Parece que esta vez me va a dejar dormir.

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