martes, 6 de octubre de 2009

Las esporas se adueñan de mí

Hoy debe ser el día internacional de la estupidez porque no puedo comprender la cantidad de estupideces juntas a lo largo de la jornada. Desgraciadamente, no podré ser demasiado concreta, hay que ser prudente.

La mañana ha sido bastante corta porque me he tenido que ir al médico, que tenía consulta para ver que todo estaba en orden, 6 meses después. Aunque una hora y cuarto más tarde de la cita, está confirmado.


He llegado a la oficina directamente para comer, he perdido unas dos horas, vamos.


Y ahí ha empezado la retaila de estupideces, una detrás de la otra. Uno con más correciones para los banners, que no vemos la hora de terminarlos ya; otra con preguntas absurdas acerca del famoso Twiteer. Total, que me han dado el día. Y, como siempre, se termina pagando con el que menos pinta. Al final el Rivero va a tener razón con lo de las esporas.

En teoría, íbamos a cenar con Javi pero, claro, he salido cerca de las 21:00. No es porque sea tarde pero he terminado muerta. He pasado un ratillo a ver a Osama. Hemos terminado de ver una peli en la tele, que es la mejor forma de despejarse antes de irme a dormir.

También querría haber llamado a mi amiga Ana pero sigo sin saldo en el teléfono.

A ver qué me depara mañana.

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