domingo, 11 de octubre de 2009

Ravinada

Es la reunión familiar que se organiza todos los años. Por tercer otoño consecutivo no voy a estar presente, ¿qué le vamos a hacer? Ya tocará. He llamado por la tarde para charlar con alguno por teléfono.

Hoy volvía Joe de su seminario en Phuket. Según nos ha contado, no ha dejado de llover desde que puso un pie en Tailandia hasta que se fue. Vaya mala suerte que ha tenido.

En cuanto ha llegado, ha debido tener una charla con Dany que lo ha puesto de un humor de perros. No hacía más que buscar errores para echarnos las culpas, en su estilo. Menos mal que yo ya paso de todo.

He estado terminando la propuesta para Al Jazira Capital, que es un concurso que tienen en la oficina de Arabia Saudí.

A mediodía, ha venido Osama y nos hemos bajado al parquecito a comer. Aún hace un poco de calor, sobre todo a mediodía; pero a la sombrita se estaba bien.

Por la tarde me iba a sentar con Makram para unificar el documento de Al Jazira pero se ha tenido que ir al Líbano. No sé qué habrá pasado porque tampoco he querido preguntar. Como Houda ya se había ido también pues lo tendremos que ver mañana por la mañana.

A las 19:45 he salido directa a casa. He acercado a Maya, una compañera que vive en el edificio de al lado y no tiene coche. La he visto a punto de montarse en el taxi y le he ofrecido llevarla a su casa.

He preparado cenita sana y una pasta con verduras para mañana. Ahora estoy a régimen, después de tanto exceso cumpleañero. Que a este paso, no me entra el traje para la boda de Lola, no es plan.

Después de cenar hemos jugado al parchís, que me encanta. Por primera vez, me ha ganado Osama. No paraba de reírse el tío. Se ha ido de lo más contento.

Y ya en la camita, a empezar el tercer libro.

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